Pasadas apenas cuarenta y ocho horas desde que el veterano político nacionalista accedió a la Alcaldía de Barcelona, inmediatamente después que trascendiera en Internet este breve fragmento de un video que se ignora cuándo y dónde será exhibido en su integridad, Xavier Trias se ha visto obligado a presentar públicamente excusas por unas palabras pronunciadas en un tono eminentemente informal y de broma, en una charla distendida con un amigo mientras ambos se dirigían al Camp Nou para asistir a un partido del Barça.

Y es que este primer desliz del nuevo alcalde de Barcelona no sólo provocó de inmediato la lógica reacción indignada de la junta directiva del R.C.D.Espanyol y de gran número de los socios y seguidores de esta histórica entidad deportiva barcelonesa, sino también del principal socio político de Xavier Trias en el Ayuntamiento de Barcelona, el Grupo Municipal del PP.

Daniel Sánchez Llibre, presidente del R.C.D.Espanyol y hermano del conocido diputado de CiU en las Cortes Josep Sánchez Llibre, llegó a decir, refiriéndose a Xavier Trias, que “si yo votase en Barcelona y aunque su partido me es simpático, difícilmente le apoyaría como periquito”, añadiendo que “tal vez lo que es una desgracia es tener un suegro como Trias”.

Por otra parte, un imparable alud de entradas en las redes sociales de socios y aficionados pericos recogía la irritación provocada entre los seguidores españolistas, como reflejaba un comunicado hecho público por la Federación Catalana de Peñas del Espanyol, que exigió la rectificación pública inmediata de Xavier Trias por “haber menospreciado a toda la masa social perica”.

Ya en el terreno específicamente político, Alberto Fernández Díaz, presidente del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona y reconocido seguidor españolista, calificó las palabras del alcalde Trias como “una falta de respeto a los periquitos”, añadiendo que “no se pueden decir ni en broma”. Pocas horas después, con el escándalo ya armado, Xavier Trias hacía público un comunicado en el que daba a conocer la carta de excusas enviada a la junta directiva del R.C.D.Espanyol: “Si estas imágenes han podido ofender, pido disculpas públicamente. No se repetirán. En ningún caso es aceptable que un representante político, que ocupa un cargo institucional como el que ejerzo, haga estos comentarios detrás o delante de una cámara”.

Por ahora, el alcalde Trias no se ha excusado todavía por su menosprecio evidente hacia los seguidores barceloneses del Real Madrid, que como ocurre con las meigas haberlos haylos, del mismo modo que en Madrid existe un gran número de seguidores del Barça.

Tras esta clara rectificación pública del alcalde Trias el incidente parece haber quedado definitivamente cerrado, aunque está por ver qué ocurrirá el día que acuda al campo del R.C.D.Espanyol, algo que un día u otro deberá hacer como alcalde de Barcelona, ciudad donde fue fundado este club aunque ahora tenga su campo en un gran complejo deportivo situado entre los vecinos municipios de Cornellà y El Prat de Llobregat.

Será muy difícil que los aficionados pericos olviden esta desafortunada frase, este infortunado primer desliz del nuevo alcalde de Barcelona. Porque son muchos quienes consideran que no se trata de un simple desliz sino de un auténtico lapsus freudiano, esto es de la expresión pública involuntaria de algo que forma parte de su opinión inconsciente y más profunda. Porque en el imaginario nacionalista catalán el R.C.D.Espanyol es considerado y tratado habitualmente como un sujeto extraño, poco menos que como un “enemigo interior” o “quintacolumnista”.

Aunque el R.C.D.Espanyol sea un club fundado en 1900 por un reducido grupo de aficionados barceloneses, todos ellos de nacionalidad española y residentes en la capital catalana –a diferencia del F.C.Barcelona, fundado pocos meses antes por un grupo de jóvenes extranjeros residentes en Barcelona-, la Cataluña virtual defendida y promovida por el nacionalismo catalán prácticamente excluye al Espanyol, como excluye también a muchas otras entidades deportivas de gran raigambre y tradición en Cataluña.

Basta comprobar el tratamiento que el Espanyol recibe de forma habitual en los medios de comunicación de la Generalitat, en abierto y escandaloso contraste con el que se concede al Barça. Tal parece como si el Espanyol no fuese también un club catalán.

Una aclaración final para posibles despistados: quien esto firma es seguidor incondicional del Barça desde siempre. Y da la casualidad que tengo un yerno perico y no considero en modo alguno que ello sea “una desgracia inmensa”. Lo que para mí es y será siempre “una desgracia inmensa” es que alguien que como alcalde de Barcelona debe expresar la rica pluralidad de una ciudad tan viva y diversa como ha sido siempre la capital catalana considere que la expresión de esta pluralidad sea “una desgracia inmensa”. Porque la extrema gravedad de las palabras pronunciadas por el alcalde Trias está en que son algo más que un simple desliz: son un lapsus freudiano, la expresión involuntaria pero sincera de su pensamiento real, basado en una concepción unidimensional, unívoca y uniforme de la sociedad catalana, y en concreto de la ciudad de Barcelona.

Jordi García-Soler es periodista y analista político