La aclimatación del hogar, con un 45% respecto del total, supone el principal consumo energético de los hogares españoles según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Por eso, a pesar de que cada año llega con más retraso y de manera más precipitada, cuando las temperaturas empiezan a descender es oportuno preparar nuestra vivienda para superar el invierno sin abusar de la calefacción.

Toda acción encaminada a moderar y razonar el uso de la calefacción manteniendo los necesarios niveles de confort nos ayudará a reducir el gasto energético y las emisiones de gases con efecto invernadero asociadas a la vivienda y la edificación, que en los países más desarrollados llegan a suponer hasta un 20% del total.

Para ello lo primero que debemos tener en cuenta es el rango de temperaturas al que debemos mantener la vivienda para mantener el suficiente nivel de confort sin forzar el consumo energético. Un rango que, según los expertos, en invierno debe situarse entre los 19 y 22 grados, recordando que por cada grado que subimos desde el termostato (preferiblemente digital y ubicado en la zona central de la vivienda) aumenta el consumo de energía en torno a un 10%.

Por la noche basta con mantener una temperatura en torno a los 18 grados por lo que, salvo en lugares muy fríos, es recomendable apagar la calefacción ya que bastará con el calor residual acumulado en la vivienda a lo largo del día.

De igual modo, si la vivienda va a quedar vacía durante más de ocho horas, es recomendable incorporar un termostato programable que permita alcanzar la temperatura adecuada cuando regresamos a casa en lugar de mantenerla mientras está vacía. Conviene insistir en este apartado en que el mejor lugar para ubicar el termostato es el salón/comedor, pues si lo situamos junto a la caldera en la galería o el garaje estaremos provocando una lectura errónea que forzará la demanda de calor.

Pero como decíamos al principio, tan importante como hacer un buen uso de la calefacción es asegurar el correcto aislamiento del hogar y para ello es necesario hacer un repaso de los equipamientos en estos días: antes de que las temperaturas se precipiten en el termómetro.

Hay que tener en cuenta que un hogar bien aislado puede llegar a reducir entre un 20 y un 40% las necesidades de calefacción. Así, la mejor manera de mantener una temperatura de confort dentro de casa es mantener al día las medidas de aislamiento antes de que llegue el frío.

Es tiempo de prevenir para evitar el derroche en calefacción. De revisar el doble acristalamiento de las ventanas para comprobar que se mantiene en perfecto estado, las juntas de silicona que tapan la entrada de aire por los remates de los cristales. Es tiempo también de cambiar los burletes y los perfiles bajeros que impiden la entrada de frío por debajo de las puertas y por los marcos de las ventanas.

Todo ello sin olvidar que, tal y como hacían nuestros abuelos, la mejor manera de impedir que el suelo de la casa actúe como un gigantesco enfriador del ambiente es empezar a colocar las alfombras, incluso las cortinas de invierno para abrigar nuestro hogar del frío exterior.