El turismo se ha desbordado. Con su masificación ha llenado los centros históricos de los destinos más emblemáticos y ha expulsado a los vecinos de toda la vida, a los comercios tradicionales y para alimentarlo proliferan los alojamientos turísticos en bajos comerciales reconvertidos o en viviendas reformadas, una hostelería atomizada con nuevos formatos en los que prima la rentabilidad sobre la comodidad de la clientela: mesas altas con taburetes, espacios congestionados y terrazas abarrotadas.

Incluso el auge del turismo rural, más asequible y cercano, se olvida en demasiadas ocasiones de la accesibilidad con ofertas que no tienen en cuenta a las personas con movilidad reducida.

En este contexto, dos jubilados andaluces, Carlos Carrasco Jiménez y Ángel Fernández Millán, hemos puesto en marcha la iniciativa "Chequeando el Turismo Accesible," una micro auditoría ciudadana para evaluar en vivo y directamente la accesibilidad a la hora de viajar y hacer turismo.

El primer viaje, a modo de piloto de la serie programada, ha sido uno de ida y vuelta de Sevilla a Málaga con una estancia de dos noches en la capital malagueña. El balance de la experiencia ha servido para constatar las dificultades de las personas en silla de ruedas a la hora de los desplazamientos y el disfrute de los destinos turísticos.

El proyecto cuenta con la colaboración en especie de RENFE porque el tren es el medio de transporte público más accesible y del Grupo Social ONCE porque su cadena Ilunion Hoteles ofrece una accesibilidad universal en todos sus establecimientos. Lo que se han encontrado estos dos profesionales, Carlos, usuario de silla de ruedas y Ángel, periodista, ha sido escasez de eurotaxis (taxis adaptados), barreras arquitectónicas en espacios culturales como el Ateneo de Málaga y obstáculos diversos en sus itinerarios urbanos, en lo que se refiere a la materialidad de los sitios chequeados.

El inicio de este chequeo se ha convertido ya en una plataforma estable con un blog que recoge los logros y las deficiencias que se van detectando y en un proceso de escucha y diálogo con las organizaciones sociales que trabajan en este ámbito. La presentación en la Asociación de la Prensa de Málaga el 19 de noviembre reunió a representantes de la veterana coordinadora Málaga Accesible (con 87 entidades implicadas), la asociación Viejenials, el Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo (IATUR) , Pasarela 55, medios de comunicación y artistas plásticos, entre otros profesionales.

Las personas con algún tipo de discapacidad superan los mil millones en todo el planeta. En España hay 4,38 millones de habitantes con discapacidad (el 9,3%) de los que el 60% son mujeres y el 40% hombres. Andalucía, la comunidad más poblada del Estado, tenía 750.000 personas con discapacidad reconocida a finales de 2023 con similares porcentajes en cuanto a sexos que en el resto del país.

La discapacidad es un problema universal porque todos llegamos a viejos, vamos a serlo durante más tiempo y, por lo tanto, vamos a sufrir una movilidad más difícil. Además, están las discapacidades temporales derivadas de accidentes o enfermedades, el cambio de los modelos de familia y el creciente número de personas solas que requieren de acompañamiento en sus viajes.

Fruto de sus análisis y experiencias en el encuentro de Málaga han presentado este decálogo de recomendaciones para el fomento y promoción del Turismo Accesible:

  1. Constatamos la necesidad y conveniencia de articular en cada municipio un servicio de acompañamiento para turistas con movilidad reducida que viajen solos/as con fórmulas de voluntariado.
  2. Las administraciones locales y autonómicas deben hacer cumplir las normativas vigentes sobre accesibilidad y barreras arquitectónicas en todos los alojamientos de uso turístico, especialmente en los pisos y apartamentos, hostales y albergues, casas rurales y nuevos tipos de uso compartido de viviendas.
  3. Llamamos a los empresarios y promotores a incorporar a sus ofertas la accesibilidad universal y la inclusividad, haciendo compatible la rentabilidad con la comodidad de una clientela diversa en la que no haya exclusiones por limitaciones físicas o materiales.
  4. Invitamos a la ciudadanía a que en sus reseñas y opiniones en las plataformas de reservas y en las redes sociales no se olviden de valorar la existencia o no de barreras de acceso o baños accesibles.
  5. A los medios de comunicación les pedimos que a la hora de informar de nuevas ofertas y servicios turísticos lo hagan también de sus condiciones de accesibilidad y se hagan eco de las incidencias: cortes por obras, averías en ascensores que impiden temporalmente el acceso de personas con movilidad reducida.
  6. A las asociaciones y organizaciones de mayores les invitamos a que colaboren y se sumen a las iniciativas que favorezcan un turismo accesible e inclusivo.
  7. A las asociaciones de personas con discapacidad les pedimos que tengan en cuenta en sus reivindicaciones las relacionadas con el Turismo.
  8. Al IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) le solicitamos que en su programa anual de Turismo incluyan un cupo de plazas para personas con movilidad reducida.
  9. Necesitamos que la juventud se comprometa en un abordaje intergeneracional del Turismo para lograr el objetivo de la accesibilidad universal con creatividad e innovación.
  10. Lograr un Turismo Accesible debe ser un objetivo colectivo porque todos tarde o temprano vamos a tener nuestras capacidades físicas o intelectuales reducidas y a requerir facilidades de movilidad en nuestro desenvolvimiento cotidiano.