Hasta el 20 de diciembre de 2025 se puede visitar en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla la exposición El Palacio de los Archivos sobre el inmueble que lo alberga: el antiguo Palacio de Justicia, inaugurado el 7 de enero de 1910, que estuvo en la sede de la calle Almirante Apodaca hasta su traslado a principios de la década de los setenta del siglo pasado al Prado de San Sebastián.

En la actualidad, el edificio lo comparten el Archivo Provincial, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía (gobernada por el PP) y el Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, también regido por el Partido Popular con el apoyo de Vox.

La muestra documental y fotográfica, que se abrió al público el pasado mes de enero, es la primera que ambas entidades realizan de manera conjunta. La principal sorpresa de esta exposición son sus olvidos: no hay ninguna referencia explícita ni a la dictadura de Primo de Rivera, ni a la República, ni a la dictadura franquista.

La única referencia implícita a la etapa republicana es una imagen con el siguiente pie de foto: “Los acusados por el asesinato de Pedro Caravaca Rogé, empresario y secretario de la FEDA, saliendo del Palacio de Justicia tras su declaración. 14 de junio de 1933”. La identificación de la II República con violencia y delitos de sangre resulta evidente.

Pero, lo que ya es indignante es una foto del año 1949 que recoge una cola de personas en la puerta del Palacio de Justicia para votar en las “elecciones municipales” de ese año. Todo un sarcasmo. El borrado de la memoria histórica y democrática, el revisionismo y el negacionismo llevados al extremo de identificar elecciones con democracia en tiempos de la dictadura franquista.

La ocultación de la memoria histórica es sistémica en las administraciones públicas gobernadas por la derecha. El lunes, 20 de octubre de 2025, lo comentamos también en El Plural con motivo de la exposición abierta en la fachada del Ayuntamiento hispalense sobre la historia de la Plaza Nueva.

Yo pienso que lo más realista es renombrar la exposición comentada como “El Palacio de los Olvidos”, el curioso caso de un archivo que borra la memoria, y reflexionar sobre el impacto del revisionismo y el negacionismo históricos en la juventud y su consecuencia más inmediata: el calado de la ultraderecha entre los adolescentes y los jóvenes, mayoritariamente, en los hombres.

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