La práctica totalidad de los analistas de los sondeos demoscópicos electorales coinciden en señalar que en la actualidad en Cataluña hay cerca de unos 300.000 votantes que buscan a un partido al que puedan votar en conciencia y sin que su sufragio se pierda por falta de representación parlamentaria. Según los mismos expertos, se trata de los electores que se definen sobre todo por su opción inequívocamente nacionalista pero moderada, que ideológicamente se sitúan en posiciones de centro y centro-derecha. Si consiguieran articular una candidatura capaz de recoger todos sus votos podrían llegar a obtener entre cinco y seis escaños en el Parlamento de Cataluña en las elecciones autonómicas que el todavía presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció pero que por ahora aún no ha convocado, aunque todo apunta a que se celebrarán el otoño de este año.

Estos 300.000 electores a la busca de un partido andan tan desconcertados como aquellos Seis personajes en busca de un autor, obra de Luigi Pirandello. Sin duda todos ellos esperan y desean que su búsqueda no termine de forma tan trágica como sucede en el drama del gran autor de teatro italiano. Llevan ya demasiados años sin encontrar acomodo adecuado para su voto, porque de un modo u otro todos ellos se sienten “huérfanos” de aquella todopoderosa Convergéncia i Unió (CiU) que durante casi un cuarto de siglo fue la principal fuerza política catalana: con Jordi Pujol en la Presidencia de la Generalitat y con Josep-Antoni Duran Lleida en el Congreso de Diputados, ejercieron un gran poder tanto en Cataluña como en el conjunto de España. Una parte importante de este electorado siguió votando a Artur Mas, algunos de ellos le siguieron incluso en los inicios de su ilusorio “viaje a Ítaca” del “procés”, aunque algunos de ellos hace tiempo que dejaron de hacerlo y se refugiaron en la opción de Units per Avançar (UxA), el grupo democristiano creado por Ramon Espadaler a partir de los restos de la histórica Unió Democràtica de Catalunya (UDC). UxA se ha presentado en el último ciclo electoral caligada con el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) pero ahora puede ser la piedra angular de esta nueva opción política.

Para que estos 300.000 electores nacionalistas moderados encuentren por fin a un partido que pueda representarles de forma cabal está claro que no basta con UxA. Es imprescindible que esta nueva formación política cuente también con sectores identificados con la histórica Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Existen y parecen decididos, por fin, a plantear batalla, hasta a plantar cara a Carles Puigdemont. Se trata del llamado “Grup de Poblet”, en el que figuran antiguos y también muy recientes altos cargos convergentes - Carles Campuzano, Jordi Xuclà, Lluís Recoder e incluso Marta Pascal, hasta hace muy pocos días todavía senadora por el Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat)- y otras personalidades destacadas del nacionalismo catalán, como Antoni Garrell, Josep Maria Lozano, Antoni Bayona, Carme Casablancas, incluso la exdiputada socialista Esperança Esteva.

Además de los hasta aquí citados, en Cataluña existen otras fuerzas adscritas al nacionalismo y que, desde posiciones en muchas ocasiones muy distintas y distantes, arden en deseos de configurar una opción electoral sólida en la que puedan sentirse representados de manera cabal, como sucedía en la antigua y poderosa CiU, nacionalistas y autonomistas, soberanistas y confederalistas, independentistas y federalistas. Puede parecer una ambición excesiva, como lo es sin duda intentar la cuadratura del círculo, pero si estos 300.000 electores nacionalistas moderados encuentran al fin a su partido político, este se puede convertir en el árbitro de la política catalana de los próximos años.