¡Ha sido una buena noticia! Que Carlos Jiménez Villarejo, fiscal progresista y buena persona, ocupe el último puesto de la candidatura de los socialistas de Cataluña (PSC). Con su presencia, trata de legitimar el sentir de un amplio sector de demócratas de izquierdas. Son aquellos que quieren recuperar la voz frente al  imperativo de quienes han decidido imponer  sus criterios sin atender a la ley ni a una buena parte de la ciudadanía.

Fue abogado fiscal en la Audiencia Territorial de Barcelona en 1962, impulsando las mismas ideas que le hicieron militar en 1970 en la oposición antifranquista. Un papel muy difícil entonces. Nada que ver con la película que narran algunos jóvenes políticos o con los nuevos soberanistas que se han montado su propia historia y fantasean sobre la represión y el significado de ser preso político.

Villarejo sufrió las represalias antes de que el dictador muriera, con traslados y amonestaciones. Después, en democracia, la querella que interpuso desde el ministerio público contra Jordi Pujol por el caso Banca Catalana, junto a su colega el fiscal José María Mena, les supuso a ambos serios problemas. También afectó negativamente a aquellos periodistas, como yo mismo, que entonces escribimos en defensa de los “Dos honorables fiscales.” Fiscal anticorrupción en 1995, la llegada del PP en 1996 con José María Aznar en el Gobierno acabaría con la jubilación voluntaria de Jiménez Villarejo. Lo pasó muy mal. Pero no bajó la cabeza.

Villarejo sufrió las represalias antes de que el dictador muriera, con traslados y amonestaciones

Ahora, después de haber participado en numerosas causas progresistas, el antiguo fiscal apoya al PSC. Fiel a sus creencias, ha solicitado ir el último en la lista para las elecciones del 21 de diciembre, porque no desea protagonismos. Me consta que estará allí en nombre de intelectuales, académicos, periodistas, ciudadanos de a pie. Allí estará en nombre de millares de personas que en Cataluña buscan organizarse desde un ámbito progresista; deseosos de dar una respuesta firme al independentismo que condenan. Desde esa perspectiva, apoyan la posibilidad socialista que consideran la más factible.

Felizmente, conozco a Carlos Jiménez Villarejo desde hace muchos años. Sé que es un gran hombre de izquierdas, y volverá a empezar pacientemente las veces que haga falta hasta lograr un Gobierno en que impere la sensatez y sobre todo el objetivo fundamental del bienestar de todos.