Lo habitual es que el límite máximo de velocidad en autopistas y autovías sea de 120 kilómetros por hora. Sin embargo, existe una excepción poco conocida que permite a ciertos vehículos circular a una velocidad de hasta 150 km/h. Esta medida no está disponible para el público general y solo se aplica en circunstancias muy específicas.

Anuncio de un control de velocidad en carretera
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¿Qué vehículos y conductores están autorizados a circular a más de 120 kilómetros por hora?

El Reglamento General de Circulación establece de manera excepcional que ciertos vehículos pueden sobrepasar el límite máximo de velocidad fijado para autopistas y autovías, que en condiciones normales es de 120 kilómetros por hora. En concreto, permite que algunos coches puedan circular hasta 30 km/h por encima de ese tope, alcanzando los 150 km/h. Sin embargo, esta excepción no está dirigida al conjunto de conductores, sino que se limita exclusivamente a una serie de casos muy concretos.

Esta autorización especial está destinada únicamente a aquellos vehículos que estén siendo utilizados para realizar ensayos, pruebas técnicas o investigaciones relacionadas con el desarrollo automovilístico. Es decir, no se trata de una medida aplicable al uso particular ni a la conducción convencional, sino de una herramienta pensada para contextos profesionales.

Los únicos que pueden solicitar este permiso a la Dirección General de Tráfico (DGT) son los fabricantes de automóviles, las empresas carroceras o los laboratorios oficiales que participan en el desarrollo o la mejora de vehículos. El objetivo es que estos organismos puedan analizar cómo responde un coche a velocidades más altas de lo habitual, evaluar su seguridad, su comportamiento en carretera o el funcionamiento de determinadas tecnologías antes de su comercialización.

Este margen adicional de velocidad busca facilitar las condiciones necesarias para realizar pruebas exigentes en entornos reales, sin comprometer la legalidad ni la seguridad del resto de usuarios de la vía, siempre y cuando se respeten los requisitos y limitaciones establecidos por la normativa.

La velocidad máxima de un coche es de 120 kilómetros por hora
La velocidad máxima de un coche es de 120 kilómetros por hora | Canva

Requisitos de la DGT para circular a más velocidad máxima permitida

Para poder acogerse a esta excepción, es obligatorio solicitar un permiso especial a la Dirección General de Tráfico (DGT). En esa solicitud se debe explicar el motivo de la prueba, el tipo de ensayo, el recorrido que se va a realizar, la duración prevista y las condiciones específicas en las que se desarrollará.

Estas pruebas no se pueden realizar en tramos urbanos, travesías o en carreteras donde haya señales que limiten la velocidad a menos de 120 km/h. Además, el vehículo solo puede ser conducido por la persona titular del permiso o “una persona a su servicio”, según recoge el artículo 47 del reglamento. Si lo conduce otra persona distinta, se debe solicitar también una autorización expresa.

La señal FV es solo para los vehículos en pruebas | Canva
La señal FV es solo para los vehículos en pruebas | Canva

Señalización obligatoria: el distintivo V-12

Para circular con este permiso especial, los vehículos deben llevar de forma visible dos placas identificativas con las letras FV, que corresponden a "Fabricante de Vehículos". Este distintivo, conocido como señal V-12, debe ir colocado tanto en la parte delantera como en la trasera del coche, junto a la matrícula.

La señal V-12 permite identificar que el vehículo está realizando un ensayo autorizado y que cuenta con los permisos necesarios para circular por encima del límite habitual de velocidad.

Señal V12 O f.v
La señal V-12 O F.V. | Canva/DGT

Adaptar la velocidad: una cuestión de seguridad

Más allá de los permisos especiales, es importante recordar que respetar los límites de velocidad y adaptarlos a las condiciones del tráfico es clave para la seguridad vial. No siempre es seguro circular al máximo permitido: en caso de lluvia, niebla, tráfico denso o accidentes en la vía, conviene reducir la velocidad para evitar riesgos.

La velocidad adecuada no solo depende de lo que marque la señalización, sino también de factores como el estado de la calzada, la visibilidad o la presencia de peatones y ciclistas. Conducir a una velocidad prudente ayuda a reaccionar a tiempo ante imprevistos y reduce la gravedad de los accidentes si llegan a producirse.