Un conflicto olvidado, un país olvidado y una epidemia de cólera como síntoma del abandono. El pequeño estado de Yemen sufre un brote cólera que ha llevado a la OMS (la Organización Mundial de la Salud) a cifrar los casos sospechosos de esta enfermedad en veinte mil en solo tres días, y en cien las muertes en el mismo periodo. Aunque si volvemos la vista atrás, todo comenzó el 27 de abril, cuando se inició el segundo brote de contagios de cólera en este país, y ha terminado afectando a 21 de sus 23 provincias, lo que representa el 91,3 por ciento de su población. Así, las cifras de infectados en Yemen ascienden  a 356.591 y el número de fallecidos hasta la fecha es de 1.802.

La enfermedad se desató en abril

Fue en las provincias occidentales de Amran, Al Dhale’e y Al Mahwit donde se multiplicaron los casos de contagio este fin de semana, según han informado fuentes de ONG que actúan localmente, porque autoridades de Yemen han dejado de aplicar la vacunación contra el cólera al creerla poco útil debido a la expansión de la enfermedad. Además, la infraestructura sanitaria de Yemen, sumida desde hace dos años en una guerra civil que enfrenta a las fuerzas progubernamentales y a los rebeldes chiís hutís, y que además sufre bombardeos de Arabia Saudí y los Emiratos en su ofensiva contra las milicias huzíes, complica el control de la situación.

La mayor desnutrición del planeta

Hay dificultades en el suministro de agua en amplias zonas del país, el tratamiento médico no es universal, los ciudadanos padecen una grave desnutrición -según la ONU, la peor del planeta- y la ayuda sanitaria de la ONU apenas llega a su destino. La epidemia está fuera de control. El cólera es una enfermedad transmitida por un virus que se reproduce en el agua, y la cura pasa por al rehidratación del enfermo, aunque uno de cada dos mueren si no reciben tratamiento.