Sea cual sea la causa de esa muerte prematura, la presencia de áreas verdes en las ciudades protege contra ella. Lo afirma el mayor meta-análisis hecho por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en colaboración con la Universidad de Colorado y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y publicado en la revista The Lancet Planetary Health.

El análisis incluyó siete países (Canadá, EEUU, España, Italia, Australia, Suiza y China) y más de ocho millones de personas. El equipo investigador decidió centrarse en estudios longitudinales -esto es, siguieron a varias personas durante varios años-. Todas ellas cumplían los requisitos de usar una manera sencilla de medir la exposición a áreas verdes, basada en imágenes de satélite, y considerar la mortalidad como desenlace.

El meta-análisis de los estudios ha confirmado que un incremento en áreas verdes alrededor de la vivienda se asocia de manera significativa con una reducción en la mortalidad prematura. El trabajo calcula que el efecto protector es de una reducción del 4% en la mortalidad por cada incremento de 0,1 % en el índice de vegetación a 500 metros o menos de la residencia.