No nos parábamos a pensarlo cuando lo veíamos de pequeños, porque no estaba en nuestro grado de pensamiento. Pero según te vas haciendo mayor, vas dándote cuenta de que no había otra. Epi y Blas era una pareja homosexual más o menos bien avenida que compartía su vida y sus cuitas. 

Basado en historia real

Ha sido necesario que pasen casi 40 años para que el guionista de la serie lo reconozca en una entrevista. Mark Saltzman ha revelado la verdad en una jugosa entrevista en la revista gay Queerty.
 
Saltzman describe que todos los diálogos, las situaciones y el ambiente, nunca mejor dicho, que rodeaba a los dos muñecos de trapo y sus problemas manaba de su propia experiencia. De la relación que mantenía entonces con un productor de vídeo. Epi y Blas no eran más que la traslación a la fantasía de su propia vida y experiencias.

El pequeño visionario

“Cómo si no podría haber creado un contexto para ambos personajes” aduce hoy Saltzman. Al mismo tiempo, el guionista describe una divertida historia. La del escolar que fue el primero y único en apuntar a la relación de pareja que mantenían. “¿Epi y Blas son amantes?” pregunto el niño, a bocajarro. La situación se solventó con algunas respuestas nerviosas y ninguna contestación clara, recuerda Saltzman. Eran otros tiempos.

Pero esos tiempos han cambiado y ahora una pareja homosexual es aceptada como cualquier otra unión entre dos personas que se quieres. Al menos en un buen número de países.

De esta manera, el autor puede por fin, explicar que sus personajes tenían esa relación tan especial. Y que explica muchas cosas. La infinita paciencia de Blas, la aceptación de la normatividad de su pareja de Epi. Y siempre su capacidad para encontrar un punto común, la situación que les hacía seguir juntos y felices. Cuando cualquier otra pareja.