Tenemos una visión romántica de la vida de los astronautas. Esos tipos que nos acercan a las estrellas, que viven aventuras apasionantes y únicas. Pero también viven situaciones más mundanas. Como la de un excremento flotando en la microgravedad de la nave que les transporta.

De quién es

Ocurrió en 1969 en el interior del Apollo X. La décima misión Apollo fue la última de la serie que orbitó alrededor de la Luna, pero no llegó a posarse. Fue la siguiente, Apollo XI, la que llevó a los humanos al satélite.

Apollo X estaba tripulada por Thomas Stafford, John Young y Eugene Cernan. Las conversaciones entre ellos y con el centro de mando en Houston fueron grabadas y desclasificadas años después. Así pudimos conocer la hilarante situación que se produjo hacía el final de la misión.

“¡¿QUIÉN HA HECHO ESO?!” grita sorprendido Stafford, comandante de la misión. Young observa lo que está pensando y exclama lo mismo. Aunque están en plena tensión espacial, ambos se echan a reír dentro del reducido espacio de su cápsula. 
Cernan comienza con eso tan humano de asegurar que “yo no he sido. Eso no es mío”.

Menos pegajosa

Lo que Cernan está reconociendo como algo que no le pertenece es un trozo de excremento que flota en la cápsula. Stafford, como jefe de la misión pide un pañuelo para tratar de atraparla.

Mientras sigue la conversación con tintes surreales. Son tres tipos dentro de un espacio de unos tres metros cúbicos, pero todos aseguran que no es suya. Incluso Stafford proclama que imposible que sea suya, que sus deposiciones son más “pegajosas”.

Inmediatamente se ponen a intentar dilucidar qué ha ocurrido. El compartimento de desperdicios sigue funcionando y no está lleno. Después continúan con otra cuestión peliaguda. Cómo recoger y deshacerse del objeto extraño.   

Finalmente no queda muy claro cómo lo hacen. El caso es que consiguen agarrar el trozo de excremento y devolverlo a la aspiradora de desperdicios.