Ya estamos muy de vuelta de la concienciación sobre la importancia de lavarse las manos. Lo que no parece que tengamos claro es cuál es la forma más higiénica de secárselas. ¿Toalla, papel, secador a chorro, secador de aire caliente…? Los científicos aún se encuentran en la fase de valorar cuál es el mejor sistema, y ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Conneticut ha publicado en la revista Applied and Environmental Microbiology el resultado de la comparativa que han realizado valorando el uso de un secador de manos normal frente al de otro de mayor potencia.

Los científicos hicieron pruebas en treinta y seis baños de la Facultad de Medicina de su centro universitario, utilizando una cepa inofensiva de bacteria Bacillus subtilis, llamada PS533 y diseñada en su propio laboratorio.  El uso de filtros de partículas de aire de alta eficiencia (HEPA) debería detener las bacterias, pero el equipo detectó que éstos solo bloqueaban el 75% de ellas. El resultado: se hallaron más colonias de bacterias en las muestras expuestas a este último. Se encontraron rastros de PS533 en cada baño. Y aunque estas esporas pueden sobrevivir durante años, son inofensivas, si bien se expanden por el sistema de aire de todo el edificio.

La Universidad de Connecticut ha dispuesto, tras la publicación de este análisis, toallas de papel en los treinta y seis baños analizados en la investigación.