A ver cómo os contamos esta historia sin que os la toméis a broma. Que sí, que vale, que desde pequeños la cosa escatológica nos hace mucha gracia. Pero esto es serio. Los pedos de las vacas, ovejas y cabras pueden llevarnos al desastre. Que sí, que nos os riáis. Que es de verdad.

Pedos de 5.000 millones de animales

A ver, dejad de reíros y leed. La actividad ganadera es la responsable de la emisión cada año del 14,5% de los gases de efecto invernadero. Y entre estos gases, el metano que emana de las flatulencias de los animales es el gas que más calor captura en la atmósfera. Una molécula de metano es veinte veces más nociva que una de CO2 para el cambio climático. Si se tiene en cuenta que la cabaña mundial actual de animales de granja es de aproximadamente de 1.500 millones de vacas, 2.200 millones de ovinos y casi 1.000 millones de cerdos, esos son muchos animales tirándose pedos. O en otras palabras, produciendo metano. Y, por ejemplo, una vaca puede producir hasta 500 litros de metanos al día. Es cosa de andar comiendo y regurgitando la comida y de la fermentación de los pastos. Y de unas bacterias presentes en uno de los cuatro compartimentos de sus estómagos. Pero es, sin duda, una multiplicación preocupante.

Leche con sabor a ajo

Así que los investigadores, gente siempre consciente de los problemas y prestos a buscar soluciones, andan indagando para encontrar una respuesta. Las alternativas son imaginativas. Por ejemplo. Ingenieros agrícola consiguieron reducir hasta en un 70% las emisiones de metano en las flatulencias de las ovejas dándoles de comer algas. Otro grupo probó con ajo. Sí, puede parecer algo contradictorio, dado que el ajo produce grandes cantidades de gases a algunas personas. Pero el caso es que este condimento redijo a la mitad la presencia de metano en los pedos de las vacas. Solo hay un pequeño inconveniente. La leche de estas vacas tiene un leve y desagradable sabor a ajo. Aunque, quién sabe, lo mismo se convierte en el siguiente ingrediente de moda en la alta cocina. Otras de las líneas de investigación es la que está centrada en cruzar a los animales menos pedorros. No sabemos muy bien cómo se establece esta categoría, pero os aseguramos que así es. Que sí, que podéis seguir riéndoos. Pero los pedos de las vacas están calentando el planeta. Y va a ser una paradójica manera de morir. Asados por las vacas.