Existen dos corrientes, o mejor dicho, dos formas de ver los animales por nosotros, los humanos. Por un lado, les conferimos cualidades humanas que están lejos de poder alcanzar. A la mínima les humanizamos y les hablamos o vestimos. Al mismo tiempo les negamos ciertas prácticas que juzgamos que solo pueden llevar a cabo los humanos.

Se divierten copulando

Por ejemplo, pensamos que solo nosotros utilizamos el sexo de forma, por definirlo de algún modo, recreativa. Solo les damos esa prerrogativa a ciertos primates superiores como chimpancés y bonobos. Y eso porque pensamos que son los animales más parecidos a nosotros y porque está bien documentado. Pero parece que cada vez más animales se apuntan a ese entretenimiento. Que los mamíferos no solo practican el sexo con funciones reproductivas. Que también se divierte copulando entre ellos. Como por ejemplo los delfines. Las últimas investigaciones, siempre complicadas por el hábitat de este cetáceo, demuestran que los delfines practican el sexo por pura diversión. La última investigación de la Universidad de Massachusetts ha resuelto que los delfines practican “mucho sexo social”. Y son sin duda unas conclusiones bien fundadas porque el jefe de los investigadores lleva 30 años entre delfines.

Sexo oral

¿Cómo lo han sabido? Primero porque observando su comportamiento han deducido que hay muchos menos delfines en el mar que el número de veces que copulan. Pero la segunda razón es todavía más sorprendente y definitiva. Los delfines practican el sexo en diferentes posturas. Vientre con vientre, montas en diferentes ángulos y, agárrense, son muy partidarios del sexo oral. Siempre se nos ha dicho que los delfines son los animales más inteligente del mar y uno de los más inteligentes del planeta. Después de conocer su comportamiento sexual no cabe duda de que son mucho más inteligentes de lo que pensábamos.