Un año más, la Gran Barrera de Arrecifes se ha quedado blanca, o decolorado. El que constituye  el mayor sistema coralino del mundo, de 2.300 kilómetros de largo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y ubicado al noreste de Australia, ha perdido su color por segundo año consecutivo, según han informado fuentes oficiales del país después de que la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Arrecifes (GBRMPA en sus siglas en inglés) realizase el primer sondeo de 2017, en un área situada frente a las costas de las ciudades de Cairns y Townsville, en el norte del estado de Queensland.

¿Por qué se produce este blanqueo?

Los corales mantienen una relación simbiótica con unas algas microscópicas llamadas zooxanthallae, que les proporcionan oxígeno y una porción de los compuestos orgánicos que producen mediante la fotosíntesis. Cuando están sometidos a estrés ambiental, muchos corales expulsan en masa sus zooxanthallae, y los pólipos del coral quedan sin pigmentación, y aparecen casi transparentes sobre el esqueleto blanco del animal. Eso es el blanqueo.

El peor de su historia, el año pasado

La salud de la Gran Barrera, que alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera. Ya en 1998 y 2002 se produjeron blanqueos masivos en la Gran Barrera, pero la comunidad científica consideró la del año pasado la peor de su historia: mató al 22 por ciento de los corales de este ecosistema. Está por ver el alcance que tiene el blanqueo de este año.