Entre las prioridades que se han marcado las Naciones Unidas para las próximas décadas está su objetivo de Hambre Cero, que persigue reducir a cero las cifras de pobreza y desnutrición en 2030. Para lograrlo, se ha marcado una ruta de acción a base de distintas resoluciones, como establecer un calendario de conmemoraciones, entre otras aquellas que nos sensibilice sobre la importancia de animales que están en riesgo de extinción, y cuya desaparición podría causar un grave daño al hombre. Y es que hay 100especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo, y el mantenimiento de muchos de ellos dependende de la acción de ciertos animañes.

¿Sobreviviríamos solo cuatro días sin las abejas?

Así, a partir de ahora, el 20 de mayo se celebrará el Día Mundial de la Abeja. La fecha se ha elegido porque coincide con la de nacimiento de Anton Janša, cuyo país de origen, Eslovenia, ha impulsado la celebración, y que en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura. Decía Einstein que si las abejas desaparecieran, al hombre solo le quedarían cuatro días de vida. La contaminación, el cambio climático y el uso de pesticidas ha hecho que la población de abejas se reduzca de manera alarmante en los últimos años, y si se consuma la desaparición definitiva de estos animales, en efecto se produciría una gran crisis alimentaria, porque cerca de un 84% de los cultivos comerciales depende de la polinización que ellos realizan.   La Asamblea General de la ONU también ha proclamado 2024 como el Año Internacional de los Camélidos, nomenclatura que engloba desde alpacas y llamas hasta dromedarios y camellos bactrianos. Quizá sorprenda, pero son el principal medio de subsistencia para millones de familias de bajos recursos que viven en cerca de noventa países y, en muchos casos, en algunos de los ecosistemas más hostiles del planeta. Constituyen una fuente principal de proteínas, leche, fibras para elaborar ropa y proporcionan también fertilizantes, a la vez que se usan como animales de tiro, carga y transporte. Pero el Camello Bactriano (Camelus Bactrianus) está en peligro de extinción. Debe su nombre a la región de Bactriana, el nombre que le dieron los griegos  a la zona situada entre la cordillera del Hindu Kush y el río Amu Daria. Hoy está a punto de desaparecer de tierras chinas debido a la destrucción de su hábitat, según expertos citados por el China Daily. Se calcula que quedan menos de mil ejemplares a nivel mundial, y en cuestión de décadas, su población se habrá reducido en más de un ochenta por ciento.