Antes de nada, hay que tener en cuenta que hablamos de Suiza. Un país en el que este tipo de cosas pueden parecer normales, pero a los demás nos da vueltas la cabeza. Un país en el que pagas impuestos por tirar la basura, pero no si la reciclas.

3 dólares por 5 kg

Es la iniciativa que el país helvético puso en marcha hace poco tiempo. En Suiza, cada ciudadano paga impuestos cada vez que tira la basura. No un impuesto general. Cada suizo paga alrededor de 3 dólares por cada 5 kilos de basura que deposita en los contenedores. 

Pero hay una alternativa. Reciclar. Si reciclas, entonces te libras de pagar impuestos. Toda la basura que ha sido separada y depositada en sus contenedores correspondientes está, digamos, libre de impuestos.

Eso sí, la basura tiene que ser minuciosamente separada. Los orgánico por un lado, los envases reciclables por otro, el papel, el vidrio y el resto de residuos por otro. Ahorras dinero, pero te lleva un tiempo solo tirar los restos de la comida a cada lugar. Por no hablar del espacio. Todo sea por el medio ambiente. Y por pagar menos impuestos. 

La bolsa de té

El ejemplo que se suele exponer para explicar el proceso es el de la bolsa de té. Este simple objeto que una vez usado todos tiramos dónde primero se nos ocurre, en el caso de los suizos es diseccionado con mino. El cartón y el hilo en un sitio. El contenido de la bolsa en otro, en lo orgánico, y la bolsa en sí en los envases que se pueden reciclar.

Pero lo mejor es el final. Los ciudadanos que no quieran pasar por todo este proceso solo han de marcar sus bolsas de basura para comunicar a las autoridades que aceptan pagar impuestos a cambio de no separar sus residuos. Y a nadie se le ocurre tirar sus desperdicios sin hacer esto. Suiza, ya les decimos.