“Estamos planificando ratificarlo”. Estas declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin sobre el Acuerdo de París, que lanzó durante la sesión plenaria del V Foro Internacional del Ártico celebrado estos días en San Petersburgo, sorprendían a su audiencia, incluso aunque añadió la coletilla de “lo haremos después de analizar exhaustivamente las consecuencias de la implementación de las decisiones” del tratado, y que “las causas del calentamiento global no están completamente claras”, puesto que, según sus palabras, pueden estar relacionadas “con las emisiones o por otras razones más sustanciales”. En todo caso, recalcó en su intervención, la reducción de las emisiones antropogénicas “no hace daño”.

Putin lleva rechazando vincularse al Acuerdo de París desde que éste entró en vigor en noviembre de 2016, incluso aunque ya ha sido ratificado hasta la fecha por 185 países, según la ONU, y aunque hoy constituye el principal instrumento mundial de lucha contra el cambio climático, estableciendo como objetivo evitar que el calentamiento global supere los dos grados centígrados a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales, aunque las naciones se han comprometido a hacer todos los esfuerzos necesarios para no rebasar los 1,5 grados.