Hace mucho que la ciencia nos viene alertando de la pérdida de biodiversidad de la Tierra que causa el cambio climático. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha publicado que venimos viviendo un período de destrucción y pérdidas catastróficas en las últimas décadas, de 1970 a 2014 las poblaciones de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) disminuyeron un 60%, por tanto se redujeron prácticamente a la mitad en poco más de 40 años.
Y entre los que quedan, la capacidad que tienen los animales de adaptarse al vertiginoso ritmo del cambio climático es muy limitada, sobre todo las aves. La revista Nature Communications ha publicado ahora los resultados de una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha analizado más de 10.000 artículos científicos que relacionan los cambios que se han producido en el clima en los últimos años con las posibles variaciones en los rasgos fenológicos y morfológicos de las especies.
De acuerdo con el estudio, la adaptación de los animales en respuesta al cambio climático no está produciendo en muchos casos, y en ocasiones los cambios que se están registrando van en dirección opuesta a lo que sería necesario. En la fauna, la respuesta más común al cambio climático es un cambio fenológico en aspectos biológicos como la hibernación, la reproducción o las migraciones. Pero también se manifiestan metamorfosis asociadas a estos efectos en el tamaño y la masa corporal y en otros rasgos morfológicos, si bien los investigadores no detectan en ellos un patrón sistemático.
Además, se detecta una reproducción más temprana en muchas especies, lo cual no supone una ventaja adaptativa frente al cambio climático a juicio del CSIC. “La existencia de una respuesta adaptativa incompleta como la detectada sugiere que el cambio global estaría amenazando seriamente la persistencia de las especies”, ha asegurado Jesús Miguel Avilés, investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC) participante en el estudio, según informa la Agencia Efe.
Los científicos han apuntado además que es especialmente preocupante que los datos analizados incluyan especies de aves muy abundantes y comunes, como el carbonero común (Parus major), el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) o la urraca común (Pica pica), ya que hasta ahora se pensaba que respondían relativamente bien al cambio climático.
“Una aplicación práctica que se deriva de este estudio es la necesidad de llevar cabo análisis de selección de este tipo para identificar el riesgo real de extinción de las especies”, ha señalado Avilés.
Los investigadores han advertido que todavía faltaría analizar las respuestas adaptativas que llevan a cabo las especies raras o amenazadas, porque es probable que éstas sean todavía más limitadas.