Las emisiones de CO2 han aumentado un 38 % en España desde el año 2000, mientras que en la media de la UE ha descendido en un 12,7 %. Son las conclusiones del informe Acuerdo de París 2015: Repercusión en la política energética española, que ha presentado este jueves la Oficina de Javier García Breva, de la consultora IPM (Imedia Press & Market). Las emisiones reflejadas en este dato son por uso de la energía, y su medición está certificada por la Cátedra BP de energía y sostenibilidad de la Universidad Pontificia de Comillas.

Relación con el PIB

De acuerdo con el informe, la evolución creciente de las emisiones en España está directamente relacionada con la de su Producto Interior Bruto (PIB). Así, se dio un aumento continuado hasta el 2008 y, a partir de entonces, al coincidir con los años de recesión, se redujo, para crecer de nuevo en un 1,1 % en 2014, y en un 5 % en 2015, en paralelo a la recuperación y el nuevo crecimiento del PIB. Con todo, para los autores del informe, los gobiernos españoles deberían haber aplicado políticas más eficaces de reducción de emisiones y de eficiencia energética para prevenir el escenario contaminante. Así, recomiendan establecer un regulador independiente del medio ambiente. Y en declaraciones a EFE Verde, García Breva, que ha denunciado que la voluntad de los políticos españoles respecto a la reducción de las emisiones de CO2 “resulta insuficiente”, si bien la volatilidad de los precios del petróleo así como la reciente apuesta por parte de EEUU y China en energías renovables “puede cambiarlo todo”, plantea medidas concretas como multiplicar por tres la potencia de energías renovables, integrar más urbanismo y transporte y apoyar al vehículo eléctrico con la instalación masiva de infraestructuras de recarga en edificios y vías de circulación.

Transición energética

También propone el refuerzo legal para que las nuevas edificaciones cumplan un criterio de consumo de energía “casi nulo” y “dejar de regalar derechos de CO2” para implantar la norma de que “quien contamina, paga”. El informe de García Breva subraya también la importancia de desarrollar nuevos modelos de negocio energético basados en la eficiencia, impulsar la participación de los consumidores en el mercado eléctrico, trabajar por una transición hacia un modelo más descentralizado e incrementar la competencia para bajar los precios de la energía.