Un 75 % del territorio español está en peligro de sufrir desertificación y un 20 % ya lo sufre. Son datos de la ONG WWF, que en su informe Crónica de una sequía anunciada alerta de que habrá "sequías más graves" si no hay un "cambio radical" en la política de gestión del agua, si no se produce un cambio hacia una “política hidrológica más sostenible y estratégica”, porque la falta de agua “no es la principal responsable” de los efectos negativos de las sequías.

El estudio añade que “las cuencas que más problemas ligados a la sequía padecen se corresponden con las zonas que tienen mayores índices de sobreexplotación del agua”. Subraya que si no se toman decisiones y previsiones, se agotarán las reservas y llegará un momento en el que “entraremos en números rojos y comenzaremos a sufrir los efectos de una nueva sequía”. La organización advierte, además, de que, a pesar de “estas malas cifras”, España ha apostado por un modelo de gestión del agua que “prioriza los grandes consumos, como en el sector agrícola del regadío”.