Algunos dicen que es la mayor y más cara campaña de publicidad. Otros, que es la obra de un genio audaz y visionario. Muchos, una muestra más de esta deriva que nos lleva a hacer cosas absurdas solo porque podemos y queremos llamar la atención. Pero lo que está claro es que ahora mismo hay un coche dando vueltas por el espacio y no es que esté buscando aparcamiento.
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Parking La Tierra

Y claro, nos vamos a entretener en mirar al coche del espacio. Incluso los científicos que, evidentemente, no tienen nada mejor que hacer. Y han calculado millones de trayectorias para determinar qué va a suceder con el vehículo suspendido en la nada.
Según sus álgebras, el coche de Elon Musk caerá sobre la Tierra. O quizá sobre Venus. En el caso de nuestro planeta, el porcentaje es del 6%, en el caso del planeta gemelo pero infernal, las probabilidades son del 2,5%.
Pero ojo, que estamos hablando de astronomía, que recordemos, es esa ciencia en el que las cosas ocurren con una lentitud exasperante. Los astrónomos y físicos han determinado que la caída del coche puede suceder dentro de un millón de años.  
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Un millón de años

Pero que nadie se preocupe… dentro de un millón de años. Aunque el vehículo finalmente caiga sobre sus cabezas, no habrá peligro, en principio.
La entrada en la atmósfera hará que se desintegre en el aire. No hay airbag ni habitáculo reforzado que aguante la fricción del aire cuando la gravedad hace su trabajo.
Eso si cae sobre la Tierra. Porque también es posible que cualquier cosa ahí fuera lo convierta en polvo cósmico. Tormentas solares, lluvias de infrarrojos, asteroides, otra basura espacial suponen una amenaza terrible y cierta de hacer algo más que abollar la carrocería. Eso si antes no lo coge un autoestopista galáctico, claro.