Cualquiera que tengas hijos o niños alrededor lo sabe. Su capacidad para correr, saltar, jugar o pelear durante horas seguidas es legendaria. Y muchas veces desesperante. Pero quizá lo sea más los resultados de un estudio que ha analizado la cuestión.

Resulta que los niños tienen una capacidad física de resistencia similar a la de atletas de pruebas extremas. Es decir, cuando nos enfrentamos a un niño que no deja de corretear alrededor de la mesa, en realidad estamos ante un maratoniano en plena prueba. 

Son las conclusiones a las que ha llegado un informe elaborado por especialistas franceses y australianos. Para ello eligieron tres grupos de análisis. Por un lado una docena de personas adultas poco habituadas al ejercicio físico. Por otro, un número similar de atletas perfectamente entrenados. Y por último, un grupo de niños entre los 8 y los 12 años.

Los sujetos de todos los grupos fueron sometidos a una prueba física consistente en pedalear con energía en una bicicleta estática. Y los resultados, como suele decirse, le sorprenderán.

Niños campeones

Evidentemente, los niños arrasaron a los adultos son preparación. Pero también obtuvieron buenos resultados en comparación con los atletas entrenados. Para empezar, el corazón de los niños se estabilizó más rápido que en el caso de los adultos, incluso de los deportistas. Al mismo tiempo, su cuerpo fue capaz de eliminar la lactosa con más rapidez y eficacia. 

Esta conjunción hace que los cuerpos de los niños se canse mucho menos y más tarde que en el caso de los adultos. Y se recuperan con más rapidez después de un descanso breve. Es decir, que los niños pueden correr y saltar durante horas ya que sus músculos están más preparados para el ejercicio físico.

Los científicos están analizando cuáles son las implicaciones evolutivas de este fenómeno: Según sus primeros análisis, los músculos más resistentes al cansancio compensan que su sistema cardiovascular todavía no esté completamente definido.