Con el verano en este lado del mundo, llega el momento de ocupar las playas y lanzarnos al agua sin importar nada más. Ni tan siquiera que el océano esté lleno de esperma de medusa


Biodiversidad microoscópica 

Pero lleno, lleno. Es la conclusión de un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva español juntos con universidades europeas. El informe se desprende de los trabajos realizados para analizar la biodiversidad microscópica de las aguas del entorno del continente, en el que se tomaron muestras en diversos puntos costeros. 

En todas las muestras recogidas se encontró gran cantidad de material genético que, a tenor del tamaño de los gametos que los contienen se corresponden con medusas. Esperma de ctenóforos y cnidarios que, al tener fecundación externa, parecen que van esparciendo su simiente a la buena de Dios en busca de que alguna hembra despistada quede fecundada por accidente. 
Los resultados no fueron nada residuales.

Un tercio de esperma

En las muestras obtenidas en aguas pobres en oxígeno, la proporción era prácticamente del 33% de esperma de medusa entre todo el material biológico hallado. Pero tranquilidad todo el mundo, dado que bañarse en esta agua es imposible al ser las que se encuentran a gran profundidad. 

La buena noticia es que el esperma de medusa es inofensivo. Incluso es beneficioso. Aunque esto último sobre todo para las especies más pequeñas que se alimentan de él. De hecho, dado que su presencia es tan abundante, los científicos opinan que forma parte básica del prime escalón de la cadena trófica, junto a otros microorganismos y al zooplancton.