Si hablamos de China e India en relación con la producción y consumo de energía inmediatamente nos vienen a la cabeza imágenes de polución brutal. Ciudades sumergida en una neblina tóxica producto de las emisiones de sus miles de fábricas. Y los ciudadanos, enmascarillados, tratando de sobrevivir.

China e India, cada vez más renovables

Pero hay otra realidad por la que parece que se pasa de puntillas. China e India lideran la producción mundial de energía renovables. Y además, son las dos naciones que más están apostando por incrementar todavía más la generación de energía de fuentes limpias. Sin ir más lejos, China dobló su capacidad de generación de energía solar en 2016. Los más de 34 gigavatios producidos ponen la marca del gigante asiático en 77 gigavatios anuales. Y es solo el principio. Para el periodo 2016-2020, China añadirá otros 110 gigavatios. Y no escatiman gastos para alcanzar esta cifra. Se estima que los responsables gubernamentales chinos destinarán 364.000 millones de dólares a este fin.

La planta más grande del mundo

Por su parte, India está realizando un esfuerzo similar teniendo en cuenta las diferentes económicas del país. En el otro macropaís de Asia acaba de inaugurarse la planta solar más grande del mundo. 10 kilómetros cuadrados del estado de Tamil Nudu acogerán una planta con la capacidad de generar 648 megavatios de electricidad. Para completarse se han necesitado más de 2,5 millones de paneles solares. Se estima que esta nueva planta podrá proveer de energía a más de 150.000 hogares en el país. Es especialmente importante la apuesta hindú por esta energía. El país presenta una necesidad imperiosa de electricidad. El 22% de la población no tiene acceso a otra fuente que la biomasa (en realidad excrementos animales desecados y quemados). Si este porcentaje de la población se decantara por el carbón para calentarse, iluminarse y mover sus máquinas, el impacto global en emisiones podría ser fatal.