Los miembros del Comité Consultivo de accionistas de CaixaBank han participado en una jornada de voluntariado en la Fundación A La Par de Madrid, dedicada a la integración de personas con discapacidad intelectual coincidiendo con el Día de la Discapacidad Intelectual. Lo han hecho a través de la Asociación de Voluntarios de “la Caixa”, en la que participan unos 10.000 trabajadores en activo, jubilados y familiares, comprometidos con la lucha por una sociedad más justa e igualitaria para todos.

Con esta iniciativa, CaixaBank ha querido que sus accionistas comprobasen en primera persona el alcance de la acción social de la entidad y lo han hecho en la Fundación A La Par, creada hace 70 años y que trabaja para garantizar los derechos y la participación de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad. Los accionistas voluntarios han compartido una jornada con los jóvenes del centro ocupacional de esta Fundación, donde reciben formación que les ayudará a insertarse en el mercado laboral.

Los voluntarios han participado en distintos talleres junto a los jóvenes del centro ocupacional de la Fundación. En ellos, han ayudado a elaborar brochetas de caramelos, a trabajar diferentes piezas de madera y a preparar distintos elementos para adornos navideños. El propósito es conocer y compartir el ritmo de trabajo del día a día de los usuarios de la Fundación  A La Par.

Ramón Grau, de Sant Feliu de Codines (Barcelona), ha sido uno de los representantes del Comité Consultivo de accionistas de CaixaBank que ha participado en las actividades. “Me parece una experiencia interesante que los accionistas de CaixaBank participemos y conozcamos más la base de esta Fundación, cómo es su realidad y cómo es el sistema de trabajo que han preparado para ayudar a la integración de las personas”.

"Para las personas con discapacidad que nos han acompañado en los talleres es muy gratificante enseñar la importancia que tiene su trabajo"

Algo con lo que coincide Julián Gómez, miembro del Comité Consultivo proveniente de Burgos, quien reconoce que este tipo de actividades resultan muy positivas tanto para los voluntarios como para las personas que acuden al centro. “Si no vienes a centros como este, resulta complicado conocer este tipo de iniciativas. Además, para las personas con discapacidad que nos han acompañado en los talleres es muy gratificante enseñar la importancia que tiene su trabajo”. De hecho, los voluntarios han comprobado que el trabajo que se desarrolla en los talleres no es tan sencillo como pueda parecer a primera vista.

A lo largo de la jornada, los voluntarios han podido conocer más de cerca la situación de los jóvenes de este centro ocupacional. Mercedes Basterra, del comité de Bilbao, destacó el buen ambieentre entre ellos y cómo con iniciativas como ésta se contribuye a hacerles felices, además de darles un futuro. “Es una manera muy bonita de poder compartir cosas con ellos, ayudarles y que ellos te ayuden a ti porque te cuentan sus vivencias, de las cuales se aprende mucho. Es una experiencia muy recomendable, unas horas aquí te cambian la vida”, admite Mónica de Quesada, de Valencia. Todos los participantes reconocen que la relación con los chicos y chicas en los talleres ha sido muy cercana y entrañable.

Una labor sorprendente

La labor que desempeña la Fundación A La Par les ha sorprendido a todos, sobre todo por el tipo de iniciativas que llevan a cabo para cumplir su objetivo: fomentar la inclusión de las personas con discapacidad intelectual y normalizar su papel en la sociedad.

"Al venir aquí podemos comprobar que hay otra realidad que también existe"

“Cada uno de nosotros vivimos nuestro propio día a día. Al venir aquí podemos comprobar que hay otra realidad que también existe. Desde la Fundación trabajan para que estas personas con discapacidad intelectual tengan un cometido, unos horarios y se sientan realizados”, sostiene Aleix Riñé, procedente de Torredembarra, en Tarragona. “Los usuarios valoran que los voluntarios estemos aquí, pero realmente ellos son los que nos ayudan a nosotros a ver la realidad de su día a día. Nos permiten compartirla con ellos y empatizar más con las situaciones que se viven en estas fundaciones, así como con el trabajo que realizan”, apunta.

Además de los talleres en los que han participado a lo largo de la mañana, los voluntarios también han tenido la ocasión de conocer las instalaciones de la Fundación y algunas de sus otras iniciativas, como los talleres de sellos, de impresión gráfica o el de limpieza de sacas. En este último, y gracias a un acuerdo con Correos, se encargan de limpiar todas las sacas y las cajas que utiliza esta compañía a nivel internacional.

Autofinanciación

Una tienda donde venden parte de los productos que fabrican ellos mismos (también hacen distribución a través de su web), un huerto o una oferta de actividades para niños, que incluye actividades extraescolares y campamentos de verano, son algunas de las otras fuentes de ingresos de la Fundación. Antonio Lucio-Villegas (Sevilla), miembro del Comité Consultivo de accionistas de CaixaBank, reconoce que desconocía toda la actividad de A La Par. “No sabía que el proyecto tuviera la amplitud que tiene. La experiencia ha sido magnífica. Dedicar tiempo a estas actividades cuando ya estamos jubilados, como es mi caso, nos puede ayudar a devolver a la sociedad parte de lo que nos ha entregado”.

La sorpresa ha sido común para todos los voluntarios. “Me he quedado impresionada con todos los ámbitos que abarcan, pero sobre todo con el hecho de que sea sostenible. Cómo la Fundación ha buscado la manera de autofinanciarse, aunque pueda recibir también aportaciones de particulares y empresas. Eso es lo que garantiza que los proyectos puedan tener continuidad a lo largo del tiempo”, apunta Meritxell Soler, directora de Relación con Accionistas de CaixaBank.  

Un parecer que comparte Susana del Castillo: “Veo muy importante que busquen también fuentes de ingresos para que la Fundación pueda crecer por sí misma, que no solo dependa de las donaciones privadas”. Esta accionista, que ha viajado desde Las Palmas de Gran Canaria para participar en la jornada de voluntariado, afirma que en la Fundación “se respira un ambiente fantástico. Venir aquí es una terapia antiestrés maravillosa”.

Una tradición solidaria centenaria

Esta jornada de voluntariado ha permitido a la entidad y a sus accionistas experimentar de primera mano la dimensión social de CaixaBank. “Para nosotros es especialmente relevante que el Comité Consultivo de accionistas conozca a qué destina la Fundación “la Caixa” una parte de los dividendos que recibe como retribución por su participación en CaixaBank”, ha señalado Rafael Herrador, director territorial de CaixaBank en Madrid. Según ha recordado la entidad en un comunicado, han heredado "la tradición solidaria de 115 años de historia de “la Caixa”, hoy convertida en una de las fundaciones más importantes del mundo". En 1904 Francesc Moragas fundó la entonces Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros, el germen de la actual CaixaBank. Su objetivo era estimular el ahorro, dignificar la vejez, erradicar la enfermedad y ofrecer un futuro mejor a las clases trabajadoras y a los más necesitados. Con este mismo afán, apostó por la investigación, la cultura y la educación. Los valores que le inspiraron a lo largo de toda su vida y sus obras han perdurado en el tiempo y hoy vertebran la labor de ”la Caixa”.