Kiko Hernández visitó el plató de Sálvame en el programa especial de este miércoles por el fallecimiento de su compañera, Mila Ximénez, y no pudo contener las lágrimas durante su entrada en el plató.

El periodista tuvo que ser abrazado por Jorge Javier Vázquez como consuelo y tras ese gesto, el presentador de Telecinco logró convencerle para que entrara en el plató.

Kiko Hernández recordó algunos de los momentos más destacados junto a su compañera y rememoró su primera gran discusión con ella durante las primeras fechas de emisión de Sálvame.

El colaborador de Mediaset aseguró que "se me ha ido una amiga como pocas he tenido", aunque reconocía que "voy a tirar para adelante, pero me va a costar muchísimo".

"Esas tardes en la que Mila decía a las cinco: 'Joder, son las cinco. Madre mía, esto no se acaba nunca' Esos pequeños momentos, los voy a echar tanto de menos", explicó emocionado en el especial de Sálvame.

Pero el periodista también reprochó algo a los familiares de Mila Ximénez, por las esperanzas que se le habían dado. El colaborador cree que "con tu vida tú puedes tomar las decisiones que te dé la gana". "Yo también he escuchado cómo se le daban esperanzas", ha añadido.

Kiko defendía que la colaboradora le dijo la última vez que fue al plató de Sálvame que 'yo no sé si voy a poder aguantar, no aguanto el dolor' y ha revelado que su compañera le dijo "50.000 veces" que quería saber la verdad para pensar qué hacía con el tiempo que le quedaba.

"Si estar un mes con mis nietos, si estar un mes en Marbella o si estar un mes con mi hija. Yo creo que muy claros no han sido con ella. A lo mejor este año podría haber hecho otras cosas", ha justificado el periodista.