No todo el mundo ha superado bien el final de UPyD. El partido magenta, tras implosionar sobre sí mismo en una monumental bronca, reintegró a parte de su militancia en Ciudadanos, otros pocos se quedaron bajo el liderazgo de Cristiano Brown y el resto volvió a sus ocupaciones fuera de la política. En las redes quedan los ejemplos de Rosa Díez y de Carlos Martínez Gorriarán como espectros iracundos de lo que una vez se consideró como una alternativa de Gobierno. 

En ese coro de espectros furiosos está el que una vez fuera concejal en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime de Berenguer, Conde de Cifuentes tras recibir de manos de su padre el título hace tres años. Berenguer, que en vida de UPyD posaba ufano con Irene Lozano y Toni Cantó, ahora reniega de ellos, llamando enchufada y tránsfuga a la primera y denunciando el "casoplón" del segundo. Un vistazo a sus entradas en Twitter muestra que el Conde ha pasado de identicarse con la socialdemocracia centralista inicial de los magentas a la ultraderecha verdosa de VOX, a quienes colma de parabienes. 

Pero hay alguien que le suscita aún menos simpatía que sus excompañeros. Se trata del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a quien califica de "traidor" y al que amenaza o pronostica con una sonora pitada en el día de la Fiesta Nacional. 

No nos consta que pese al calificativo de "traidor" el Conde de Cifuentes haya interpuesto denuncia alguna en los tribunales para que compruben si el presidente del Gobierno ha contravenido de alguna manera los artículos 581 a 603 del Código Penal, por lo que entendemos que será una figura retórica.