Ana Obregón ha querido contar algunos detalles hasta ahora desconocidos del que ha sido el peor año de su vida en un momento en el que quedan pocos días para que se cumpla un año del fallecimiento de Álex Lequio tras estar dos años en una incesante lucha contra el cáncer. La actriz ha reconocido en varias ocasiones que su vida se había acabado desde este trágico suceso, pero poco a poco está volviendo a recuperar su actividad.

Ha concedido una entrevista a Vanity Fair y se ha mostrado muy sincera hablando de este duro año. Ha explicado que la meditación es lo único que la ha ayudado con el duelo, dejando atrás la medicación, los médicos y los psicólogos: “Tengo que superarlo sola, poco a poco sé que lo voy a conseguir. Estoy en un momento muy vulnerable. Si yo empezara ahora con el vino o las pastillas, no me los quitaba nunca”.

Obregón vivió los últimos días de la vida de su hijo en Barcelona, donde estaba ingresado y recibiendo el tratamiento para intentar superar la enfermedad. “Tuve 48 horas para hacerme a la idea. Me había ido al apartamento a duchar y me quería echar una hora, pero le acababan de hacer un TAC y Alessandro me llamó: ‘Ana, ven. Ya no hay tiempo’. Estuvimos 48 horas cogiéndole los dos de la mano… Y así se fue. Me quedé abrazada a él bastantes horas. Luego se lo llevaron”, ha relatado la actriz.

Desde que el pasado 13 de mayo Álex Lequio perdiera la vida, Ana Obregón no ha dejado de recibir apoyo y mensajes de ánimo. En la misma entrevista también ha revelado quién fue una de las primeras personas que la llamó para darle sus condolencias: “Empezó a sonar el teléfono de Alessandro y en una de esas me pasó a la reina Sofía. Cariñosísima. Me dijo mi hermana que hablé como 10 minutos con ella, pero yo no me acuerdo de nada. Antes me había llamado el rey Juan Carlos. Cariñosísimo también. Se lo agradeceré toda la vida”.