Ya es verano contaba, este jueves, con el testimonio de Teresa Bueyes. La abogada denunciaba, desconsolada, el acoso que lleva sufriendo por parte de dos extrabajadoras de su bufete desde hace cinco años. Bueyes contaba que ha decidido pronunciarse ahora porque se siente abandonada por la Justicia: "Es una situación de acoso que se lleva repitiendo durante años".
Las presuntas acosadoras habrían amenazado a Bueyes y a sus amigas o habrían agredida a sus amigas. Motivos por los que tendrían una orden de alejamiento que les impide acercarse a Bueyes, sin embargo, no estaría siendo respetada, provocando el temor de la abogada: "Tengo terror, tengo muchísimo miedo. Estoy diagnosticada de un trastorno de pánico y he tenido que cambiarme de casa por ellas. Yo no me atrevo a ir sola por la calle. He llegado a temer por mi vida".
Bueyes confesaba que rompía su silencio ante la "lentitud de los trámites": "Es una situación de acoso que se lleva repitiendo durante años. Está en los tribunales pero ha estado parada por la lentitud y porque ha habido comisiones rogatorias a otros países para descubrir quién estaba detrás en Twitter y quién me hackeaba. Ha sido muy duro y obtener la orden de alejamiento ha sido muy complicado".
La abogada expresaba su necesidad de proteger a su entorno. "La imagen que proyecto es de una mujer muy fuerte, es el escudo que me he puesto para poder ejercer esta profesión, pero cuando uno se quita la toga, llega a casa y sale la persona que sufre y la que se preocupa porque su familia esté bien", le confesaba a Pepa Romero.
El orígen
Pepa Romero trataba de saber cómo había comenzado el presunto acoso de estas dos mujeres: "A una ya la conocía y la otra era una joven que decía que era fan mía y que quería hacer prácticas en mi despacho. Y quizás yo pequé de confiada, un año fue todo tan bien que decidí pagarles a todos un viaje a Estambul. la última noche prorrogamos un día más la estancia y no había habitación para ella y decidí dejarle mi habitación y se abalanzó e intentó besarme".
A partir de ese momento, la abogada le transmitió a una de ellas que no quería que volviera al bufete y esta no se lo tomó bien, momento en el que "empezó una campaña de acoso y derribo". "Ella empezó una relación sentimental con otra mujer que había trabajado en mi despacho y las dos empezaron una campaña que se traduce en falsificar todo tipo de perfiles con fotografías mías presuntamente con ánimo de hacerme daño a mí, a mi familia y con amenazas de muerte", proseguía contando.
Finalmente, Bueyes logró que les pusieran una orden de de alejamiento a raíz de que las mujeres le rayaran el coche o interupisieran una delita falsa por violación, entre agresiones y otros asuntos.