Las llamas siguen asolando el territorio nacional y, también, ocupando buena parte del tiempo en las mesas de debate de los programas de análisis social y político de las distintas cadenas de televisión. La forma de administrar las tareas de prevención y extinción, el continuo lanzamiento de la pelota de un tejado a otro por parte de los políticos para eludir responsabilidades o si se cuenta en las regiones y en el conjunto del país con los recursos y efectivos necesarios para abordar estas catástrofes son algunos de los asuntos que se tratan estos días. 

Las Malas Lenguas de Jesús Cintora conectaban con José Miguel Villarroya y su característico estilo irónico e incisivo para tratar estos asuntos. El periodista lo tenía claro y así lo expuso en su intervención, ve un peligro en que servicios públicos sean derivados a empresas privadas, como puede ser la gestión de las brigadas forestales de Madrid cuyos trabajadores han denunciado enérgicamente unas condiciones laborales precarias en las que no cuentan con salarios acordes a la peligrosidad de sus labores, los recursos para su trabajo son muy escasos y cuentan con una alta temporalidad en sus contrataciones.

Sin titubear, Villarroya aseguró que "en el sistema capitalista, la clase empresarial es la que gobierna". De esta manera, cuestionaba la necesidad que puede existir en derivar a colaboración privada servicios que son de carácter público, alegando que "en el momento que metes colaboración privada en lo público, la privada lo que quiere es ganar dinero y, por lo tanto, trata a las cosas como mercancías, no como necesidad de las personas". Así, no limitaba el ejemplo a las brigadas forestales madrileñas sino que, también, enumeraba ejemplos que se dan en la sanidad o las residencias de la tercera edad, terminando por mermar a los ciudadanos. 

No es que los empresarios sean culpables o no culpables, van a ganar dinero. Por lo tanto, cuando entran en un consorcio público reducen los costes

 

En este sentido, Villarroya ve un gran peligro en la reducción de material y personal para incrementar los beneficios. Además, afirmaba que, sumado a la incompetencia de de muchos políticos autonómicos, se obtiene un "cóctel molotov". 

Huelga de las brigadas forestales madrileñas

En estos momentos se encuentra interrumpida por la oleada de incendios, que les ha llevado a decir ayudar a sus compañeros de otras regiones. Esta huelga fue convocada para denunciar unas condiciones de trabajo que los bomberos madrileños definían como "precarias". Así, reivindican no solo la subida de su salario, superior al SMI por escasos 100 euros, sino también el reconocimiento de la peligrosidad y de la categoría profesional, la revisión del régimen de descansos y la temporalidad. Un convenio que, subrayan, se encuentra obsoleto y no se actualiza desde el 2008. Las brigadas forestales de la Comunidad de Madrid cuentan con unos 330 trabajadores que están en plantilla todo el año, a los que se suman 200 efectivos de refuerzo en los cuatro meses de la campaña del INFOMA, por lo que también critican la estacionalidad que sufren muchos. 

La huelga la retomarán el próximo 25 agosto si no se ha solucionado antes estos problemas. 

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