Catalina Sopelana (Madrid, 1992) se ha convertido en una de las caras más recurrentes en las series españolas. En lo que llevamos de año, ha participado en una de las series más populares de Netflix, El jardinero, y ahora afronta el que es su mayor proyecto hasta el momento, también en la plataforma. La actriz es la protagonista de El cuco de cristal, la adaptación de la novela del mismo título del escritor Javier Castillo, que llega a la plataforma el 14 de noviembre después del gran éxito de La chica de nieve.
El cuco de cristal es un thriller en el que se narra la historia de Clara, a la que da vida Sopelana:” Clara es una estudiante de Medicina que sufre un infarto y está al borde de la muerte. Gracias a un donante puede seguir viviendo. Es huérfana y solo tiene una compañera de piso que es su amiga, pero en el fondo tiene un vacío.”, explica la actriz, “Ir a conocer a la familia de su donante tiene algo en ella de búsqueda personal, quiere encontrar su lugar, conocer gente nueva e intentar entender a la persona que le dio su corazón. Cualquiera podría haberse quedado tranquila por haber sobrevivido, pero ella va más allá.”
La adaptación de El Cuco de cristal llega a Netflix después de más de 2.5 millones de ejemplares vendidos y con una predecesora del mismo autor con más de 31 millones de horas vistas en sus primeros días de estreno, un éxito que la actriz conocía:” Sabía que había sido un éxito. Había visto La chica de nieve, me la vi en un día, y me encantó.”, reconoce Sopelana, “Me pareció un thriller increíble, con un reparto maravilloso y muy bien hecho.”
Pregunta: ¿Qué le dirías a los espectadores sobre esta serie? ¿Cómo la definirías?
Respuesta: Es un thriller muy emocional. En general, todos los libros de Javier tienen eso: funcionan muy bien a nivel de historia y ritmo. Creo que va a entretener muchísimo al público y lo va a mantener en vilo. Es una serie que habla de lo humano, de lo que sentimos, de las relaciones, de la culpa… trata muchísimos temas. Se puede disfrutar mucho y también invita a profundizar.
P: Tú no eres médico, pero eres graduada en Psicología. ¿De dónde surge ese cambio de rumbo tan drástico?
R: Me apunté a clases de teatro mientras estudiaba Psicología. El cine siempre me había encantado, había hecho teatro en el colegio y algo de publicidad, pero no era para nada algo que estuviera encima de la mesa. En cuanto empecé a estudiar teatro me di cuenta de que era mi vocación, igual que la Psicología también lo es. No somos solo una cosa. Descubrí que esto me movía más, lo intenté, y de momento va muy bien.
P: Tienes que dar vida a un personaje con tantos fans. ¿Se siente más presión o emoción?
R: Mucha emoción por tener esta oportunidad. Ha sido mi primer papel protagonista y ha sido un auténtico gustazo. Clara es el hilo conductor de todo lo que ocurre, y su arco de personaje es increíble. Claro que hay responsabilidad y algo de presión, pero de la buena. Es un fenómeno enorme, y a veces te sientes abrumada. Pero cuando hay un buen equipo detrás, confías en el equipo, en la directora, en el reparto, en el éxito de Javier y en los guiones, todo está a favor. A veces me iba a casa pensando “no sé cómo habrá quedado esto”, pero sabía que el equipo es muy exigente y no les vale cualquier cosa. Eso también te da fuerza.
P: Este puede ser tu primer gran proyecto como protagonista, pero este año también participaste en El jardinero, una serie de Netflix junto a Álvaro Rico. ¿Cómo compararías ambas experiencias?
R: En El jardinero también tengo un personaje protagonista. Son dos thrillers muy distintos. El jardinero es más romántico, más de cuento. Aquí, aunque también tiene algo de eso, hay más profundidad en las emociones y las relaciones entre los personajes. He disfrutado muchísimo en ambos proyectos. Clara y Violeta son personajes muy distintos, pero los dos han sido momentos bonitos y muy importantes para mí como actriz.
P: Cambiando de tema, en Estados Unidos se ha creado la primera actriz 100% generada por inteligencia artificial. ¿Qué opinas? ¿Crees que podría sustituir a los actores reales?
R: Espero que no. Es todo muy nuevo. La inteligencia artificial se está metiendo en nuestras vidas, yo tengo una sensación de descontrol y me genera bastante escepticismo. Entiendo que en algunos ámbitos esté ayudando a grandes avances, y ahí no me meto porque me falta conocimiento. Pero en el mío lo bonito es el oficio. Por mucha IA que haya, las personas somos personas, y las emociones son humanas. Nos equivocamos, y eso es precioso. Lo que más me aterra de la IA es esa apariencia de perfección. A mí, incluso en la ficción, me gusta ver que los personajes se equivocan. Como actriz también hay trabajos mejores y peores, como en la vida, y eso es insustituible.
P: Ya que esta serie parte de un fenómeno literario, si pudieras recomendar un libro, ¿cuál sería?
R: Seismil, de Laura C. Vela. Lo recomiendo muchísimo. Está increíblemente escrito. Es duro, pero precioso.
P: ¿Qué les dirías a las personas que quieren dedicarse a la interpretación, un mundo en el que muchos actores no pueden vivir de ello y deben compaginarlo con otros trabajos?
R: Es un tema complicado. Hablo desde mi experiencia, y soy una privilegiada porque estoy trabajando. Es muy difícil vivir de esto, el porcentaje es bajísimo. Pero creo que quien tenga ilusión y vocación debe formarse, disfrutarlo y luchar por ello. Sé que formarse a veces no es compatible con la vida, que no siempre es fácil. Yo trabajaba en una bolera cuando me salió mi primer proyecto, así que lo entiendo. Pero quiero transmitir un mensaje esperanzador: es un oficio precioso y merece la pena pelearlo.
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