Facebook se hizo con Whatsapp en 2014 por 22.000 millones de dólares. Un pastel de 2.000 millones de usuarios al que la compañía de Mark Zuckerberg quiere sacar la máxima rentabilidad.

El pasado mes de abril arrancó la versión para empresas de la popular aplicación sin terminar de concretar sus características y condiciones. Más de tres millones de negocios ya se han interesado por esta herramienta, que cuenta con respuestas automáticas, permite incluir un perfil de empresa, da acceso a distintas estadísticas sobre los clientes o permite su uso en varios dispositivos a la vez.

Pero el inicio de WhatsApp Business está siendo algo accidentado y aún faltan cambios que se irán introduciendo en las siguientes actualizaciones. La principal es la del coste, la app cobrará a las empresas entre 40 y 70 céntimos por mensaje además de multas cuando las empresas tarden más de 24 horas en contestar. Esta versión se utilizará, por ejemplo, para avisar a los clientes del estado de un pedido, recibir entradas de un concierto o recordar citas.

WhatsApp termina así con su política de gratuidad para continuar con su estrategia de exprimir los recurso al máximo en la que se enmarcan otros cambios como la introducción de publicidad en los estados, al estilo de la publicidad en las Stories de Instagram, empresa de la que también pertenece a Facebook.

Esta era una de la líneas rojas de los creadores de WhatsApp, los cuales salieron de la compañía hace unos meses por problemas con la dirección.

Ahora, con los cambios en los términos del servicio que realizaron el pasado mes de febrero, la app esta preparada para llenarse de publicidad para los usuarios normales y de cobros para las empresas.