No lo sabemos seguro pero, cuando nació Sofía Comas en Montreal, en 1985, lo más probable es que cualquier televisor que hubiera cerca estuviese reproduciendo el videoclip de la famosa Money for Nothing de Dire Straits. Y, en la canción, su más famosa todavía frase: “You play the guitar on the MTV”. Eran los años dorados del formato televisivo para la música. 

Ayer, ella misma presentaba en Ámbito Cultural de El Corte Inglés el videoclip de El verano será nuestro, el tema que da título a su primer álbum en solitario y con el que rinde tributo a su padre.  Aquí lo normal sería dejarte el enlace a YouTube, pero hasta mañana no puedes verlo, así que tendrás que buscarlo.   

Sofía Comas durante su actuación ayer en la presentación de su nuevo videoclip

Como ella misma nos explica, “el videoclip te permite utilizar otro lenguaje que no es el musical, para que el mensaje sea más completo, da muchas posibilidades artísticas”.

Necesitamos contenido audiovisual para completar el mensaje o la atmósfera

Experiencia
Desde aquel Money for Nothing de1985, este formato ha sufrido grandes altibajos. Ese año, la MTV -que hasta el momento era propiedad de Warner Communications- había sido comprada por Viacom y estaba en su mejor momento. Desde recién llegadas como Madonna, hasta grandes monstruos como Peter Gabriel, todo el mundo parecía haber descubierto un canal para dar más visibilidad a su producción audiovisual y, sobre todo, para generar más ingresos.

Un enfoque que, en casos como el de Comas, está más centrado en la creación de una experiencia artística completa: “Ahora que utilizamos medios audiovisuales constantemente, vivimos pegados a uno”, explica mientras se palpa el bolsillo en el que guarda el móvil, “necesitamos contenido audiovisual para completar ese mensaje que dan las canciones o para completar la atmósfera. Al final, para transmitir más cosas aún, que yo creo que es lo interesante”.

Pero no solo eso. La cantante y compositora, que  valora también “trabajar con alguien que tenga un lenguaje poético común al mío y buscar con esa persona que maneja el lenguaje audiovisual cómo vamos a transmitirlo”.

De hecho, cree que de la colaboración surgen las mejores propuestas. “En mi caso, puede ser que tenga ideas o un poco cuál quiero que sea el mood de ese vídeo. Pero lo que más aporta es trabajar con artistas que vienen de otras disciplinas. Porque nos retroalimentamos. Y me parece muy importante estar en contacto con artistas de otros medios”.

En este El verano será eterno, ha colaborado con Javier Díaz en la creación de la película; y con Sabrina Lázaro en el vestuario, que juega un papel fundamental en la narrativa de la pieza. Y Alberto Sánchez Mena ha estado a cargo de la producción.

La MTV cambió la industria de la música: salir bien en ella vendía discos

Altibajos
La MTV “cambió la industria de la música; a la hora de vender discos, tener buen aspecto (o por lo menos parecer interesante) en ella se convirtió en algo tan importante como sonar bien”, como explica la enciclopedia Britannica.

La llegada de YouTube y la posibilidad de ver vídeos musicales bajo demanda, sin tener que esperar a que saliese el de tu canción favorita, terminó con ese concepto revolucionario de canal de televisión.

En el último año, la llegada de la pandemia y, por tanto, la desaparición de las actuaciones en directo, los videoclips han vuelto a convertirse en un producto de consumo masivo.

El videoclip te lleva a un imaginario visual

La era YouTube
“Cuando llegó la pandemia, fundamentalmente cambió la industria musical para siempre. Con los conciertos en persona cancelados y las salas cerradas, los artistas y fans tomaron las plataformas online”, explica Lyor Cohen, que lleva toda la vida en el negocio, tanto en Warner, como en YouTube, en la que es el máximo responsable de la división de música, desde 2016.

“El streaming de vídeos musicales está creciendo en popularidad con rapidez: más de dos mil millones de personas acceden a YouTube cada mes para vivir la música”, añade Cohen.

La propia Sofía Comas confiesa ser una de ellas”Me gusta muchísimo ver videoclips. Y me gusta sobre todo ver directos grabados”, aunque asegura rotunda que “nada puede sustituir a un concierto en vivo”.

Pero asegura que, como espectadora, con el videoclip “si has escuchado antes la música, te dejas llevar hacia otra propuesta que da ese proyecto, te abre una puerta del proyecto del artista, te lleva a un imaginario visual y eso es muy interesante. Más allá de la belleza”.

Sofía Comas sigue siendo una de las artistas más interesantes del panorama nacional, lejos del lenguaje fácil y repetido hasta la saciedad como fórmula magistral del éxito. Sigue su propio camino, fiel a su propia personalidad. Y lo único que parece añorar -y que promete para su próximo trabajo tras este disco inspirado por la muerte de su padre y las composiciones para un musical sobre Auschwitz-  es “un poco de luz”. Algo que no falta nunca en verano y, menos aún, si es eterno.