Las nuevas tecnologías se han convertido en uno de los grandes aliados de la sociedad actual desde todos los puntos de vista. Su influencia es decisiva y positiva, si bien también en muchos casos esconde aspectos negativos.

El Internet de las Cosas, la conectividad masiva, conllevan una serie de beneficios innegables que se traducen en ponérselo más fácil al ser humano. Sin embargo, este fenómeno se traduce también en vulnerabilidades que, si se habla de un hogar, puede provocar más de un problema serio.

Un estudio de Virtual Care, empresa de soluciones para el mundo digital, revela que alrededor del 61% de los hogares posee un dispositivo infectado, con todo lo que esto significa de riesgo para la normalidad familiar, haciendo especial hincapié en los menores que residen en cada domicilio.

El informe, denominado Ciberalarma, preparado por la multinacional española ha coincidido con la presentación por parte de la compañía del primer servicio que, “utilizando escudos conectados a una central de ciberalarmas, protege a familias de los peligros de internet sin que los padres y tutores se tengan que ocupar de nada”, tal y como explican en un comunicado.

Riesgo real

El dato de 6 de cada diez gadgets y aparatos que se usan en casa están infectados, unido a que un 93% de los menores utiliza su dispositivo conectado a internet de forma continua, “hace que protegerse ante los riesgos digitales sea ya una prioridad para las familias”.

Ahondando en la información del trabajo de Virtual Care, se extrae que, en el último mes el citado porcentaje de las amenazas detectadas “se deben al uso de aplicaciones potencialmente peligrosas (PUAs); el 15% a hacking; cerca de un 12% a troyanos, y un 4% a programas que muestran publicidad, banners o pop-ups (adware).

En la actualidad, según el mismo informe, el 67% de los hogares admite haber tenido algún problema de fraude online, “solo un 19% está protegido con un servicio de antifraude”, en palabras de Miguel Ángel González Losada, CEO de la compañía.

Contra las recomendaciones

Pero esos datos no se quedan ahí, sino que se completan con que un 27% de los usuarios desconoce si tiene protegida su WIFI, que un 30% se conecta a redes públicas de cualquier tipo o que un 29% se descarga apps de fuentes desconocidas, es decir, comportamientos que van contra las recomendaciones que realizan empresas privadas u organismos públicos.

A juicio de González Losada “las estafas, los robos de identidad, el acoso o la extorsión a menores, el robo de información y datos, y el secuestro de dispositivos son los riegos digitales más frecuentes que ya se pueden evitar con un servicio atendido por cibervigilantes que velen por la ciberseguridad de sus clientes 24 horas x7 días”.

Si se tiene en cuenta que, a día de hoy, 7 de cada diez jóvenes de entre 10 y 15 años dispone de teléfono móvil -el 94% en caso de los adolescentes de 15 años-, además de que cada vez despejamos más datos personales en las redes sociales, es evidente que las amenazas procedentes del mundo online aumentan de manera exponencial.