La empresa de comercio electrónico más conocida en el mundo, Amazon, siempre se ha caracterizado por innovar en diferentes campos de las nuevas tecnologías. Su fundador, Jeff Bezos, apuesta decididamente por la investigación en materias que en un futuro próximo pueden convertirse en negocio.

El acierto no lo tiene asegurado. Sin embargo, hasta el momento, las cosas no le van mal y se sitúa como una de las personas más ricas del planeta.

El coche autónomo, el internet de las cosas, el supermercado sin cajeros o el asistente Alexa, son solo algunos ejemplos. No obstante, la complacencia en torno a los métodos que utiliza la multinacional no es total, y un buen ejemplo se da estos meses con las quejas de sus trabajadores en España por las condiciones laborales.

Al margen de esto, en las últimas horas, un asunto relacionado con una de sus tecnologías ha levantado ampollas. En concreto, se trata del sistema de reconocimiento facial ‘Amazon Rekognition’ que la propia compañía define como un servicio que, con una imagen o vídeo, es capaz de identificar “objetos, personas, texto, escenas y actividades, además de detectar contenido inapropiado”.

Asimismo, “también ofrece reconocimiento y análisis facial con un alto nivel de precisión”, pudiendo incluso “detectar, analizar y comparar rostros para una amplia variedad de casos de uso de verificación de usuarios, catalogación, contabilización de personas y seguridad pública”.

Y este último uso, el de la seguridad pública, es el que ha provocado controversia. Lo ha denunciado, nada más y nada menos, que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (American Civil Liberties Union ACLU).

Amenaza para las libertades

Según esta organización, el sistema de Amazon basado en la inteligencia artificial es capaz, entre otras cosas, y citando lo publicado por la propia multinacional en su blog de “identificar personas de interés en una colección de millones de rostros casi en tiempo real, lo que permite casos de uso como la prevención oportuna y precisa del delito".

Lo que las autoridades policiales observan como una buena noticia, las organizaciones que luchan por los derechos civiles en aquel país lo ven como una amenaza para las libertades. Así se lo han transmitido a Jeff Bezos a través de una carta en la que, entre otras cosas, muestran su temor a que tecnologías como esta se utilicen para crear ‘estados policía’.

El casi medio centenar de colectivos que defienden los derechos civiles y que firman dicha misiva, ponen de manifiesto la paradoja que se puede provocar –hablan de que se está produciendo ya en algunos lugares del país como Oregon y Orlando- en el llamado país de las libertades. En concreto aseguran que los ciudadanos deberían “poder caminar caminar por la calle” sin el Gobierno les vigile. A su modo de ver, afirman que con el sistema de reconocimiento facial “amenaza esta libertad”.

La carta va más allá al indicar que en aquellas “comunidades de color con exceso de vigilancia policial", esta tecnología "podría eliminar dicha libertad".

La controversia está servida. Estas organizaciones seguirán peleando por lo que consideran justo, mientras Amazon continuará con su negocio, también de vigilancia.