La falta de vocaciones científicas entre las mujeres españolas es un problema que comienza desde los primeros pasos. El ministerio de Ciencia e Innovación acaba de publicar el informe “Científicas en cifras”, en el que se recoge no solo la situación del último paso del proceso formativo, sino sus etapas previas. Y del análisis se desprende que la pérdida de interés en este tipo de estudios es cada vez mayor según se avanza en el itinerario.

El ministro, Pedro Duque, asegura que todavía queda mucho por hacer

El ministro, Pedro Duque, reconoce que todavía queda mucho por hacer

Un problema que expone el ministro, Pedro Duque, en la presentación del documento: “La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad para el Gobierno, una cuestión de democracia y de justicia social. Pero en el caso de la ciencia y la innovación es además una necesidad. No podemos perder el talento de las mujeres, que son más de la mitad de la población, bajo ninguna circunstancia”.

Duque reconoce que “todavía tenemos mucho que hacer”. Y señala “tres grandes brechas de género en lo que se re ere a la situación de las investigadoras en España”: atraer, retener y apoyar el talento femenino.

No podemos perder el talento de las mujeres bajo ninguna circunstancia

Primeras diferencias

Las primeras diferencias aparecen al final de la secundaria: “Los resultados del último informe PISA, de 2018, indican que en España los chicos de 15 años lograron 6 puntos más que las chicas en las pruebas de matemáticas, una diferencia mayor que el valor promedio de los países de la OCDE, que es de 5 puntos. En la prueba de ciencias, chicas y chicos lograron un resultado similar en España, mientras que en el promedio de los países de la OCDE las mujeres lograron dos puntos más que los hombres”, explica el informe.

Por eso, el ministro señala la necesidad de “atraer el talento de las mujeres, en particular en los ámbitos de la ingeniería y la tecnología, donde se concentran los trabajos de calidad del futuro”; y en los que, según sus cifras, “aún representan menos del 30 por ciento del personal investigador”.

Persisten diferencias de género relevantes según la rama de enseñanza

Universidad

Pero la brecha se abre, sobre todo, en la universidad. “Las mujeres son mayoría en el alumnado matriculado en estudios de grado y primer y segundo ciclo en el curso 2019-2020: representan el 56 por ciento del total, con un ligero ascenso en los últimos cinco años, de un punto porcentual”, señala el informe.

Sin embargo, la distribución no es equitativa entre las diferentes carreras, lo que provoca que “persistan diferencias relevantes” en función de la rama de enseñanza de que se trate. Según la clasificación del Ministerio de Universidades, “mientras que en ciencias de la salud, artes y humanidades y ciencias sociales y jurídicas las mujeres superan el 60 por ciento del total (…), en ingeniería y arquitectura apenas una de cada cuatro estudiantes de grado y primer y segundo ciclo es mujer”.

La educación superior universitaria es una potente herramienta de igualdad de oportunidades

Diferencias importantes

Esas diferencias son importantes, porque -tal y como señala el informe- “la educación superior universitaria es una potente herramienta de igualdad de oportunidades que dota de las mismas capacidades a las personas con independencia de su nivel sociocultural, sexo o religión. Permite el acceso a los puestos de trabajo de máxima cualificación dentro del mundo laboral y supone el punto de partida de la carrera científica”.

En los estudios de máster, también hay mayoría femenina: son el 56 por ciento del alumnado. Pero en ciencias no llegan a la mitad. Y, en el caso del doctorado, la situación es más grave todavía: en ingeniería y arquitectura no llegan a una de cada tres, y en ciencias son menos de la mitad.

De hecho, aunque el alumnado de doctorado masculino y femenino se reparte prácticamente a medias el total de tesis leídas y aprobadas, las mujeres solo representan el 22 por ciento de las tesis aprobadas en informática y el 38 por ciento en ingeniería, industria y construcción; cifras muy inferiores a las registradas en salud y servicios sociales (62 por ciento) y en el ámbito de estudio de la educación (60 por ciento).

Es preciso que las mujeres contribuyan a la ciencia con todo su potencial

Retener y apoyar

No es de extrañar que Duque haga hincapié en la necesidad de retener el talento femenino “planteando una carrera investigadora más estable y eliminando obstáculos, como los sesgos de género o las dificultades en la conciliación, para que las mujeres contribuyan a la ciencia con todo su potencial”.

En cuanto a la última brecha de género identificada por el ministro, es preciso “apoyar y garantizar que puedan alcanzar los escalones más altos de la carrera investigadora donde ahora solo llegan entre el 20 y el 30 por ciento, de manera que participen de forma plena e igualitaria en el diseño del futuro de la ciencia de nuestro país”.