Eduardo Fierro recuerda el tiempo que pasaba en la infancia con su abuela, haciendo voluntariado con personas mayores. También afirma que su otra abuela ha sido una de las mejores compañeras de piso que ha tenido. No es de extrañar que haya decidido dedicar su vida profesional a luchar contra la soledad de las personas mayores

Lo hace a través de Kuvu, una empresa social que acaba de ser incluida entre los proyectos finalistas de los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social. “Somos una plataforma de búsqueda de compañero de piso especialmente diseñada para ayudar a personas de más de 55 o 60 años”, explica Fierro. 

Hay personas mayores que quieren compartir, pero no pueden hacerlo por miedo

Problema y solución

Junto a Jon Ander Fernández y Haize Trueba fundó la plataforma en abril de 2019. “Pertenezco a una familia humilde”, explica. Eso hizo que, al llegar el momento de ir a la universidad tuviera que ir a vivir con su abuela, porque en su isla canaria natal no había facultad, pero en la de ella, sí. 

Decidió cambiar de orientación profesional y eligió el grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación certificado por la Universidad de Mondragón. “Cuando llegué a Bilbao, necesitaba mudarme para estudiar en la universidad y tuve que pedir ayuda al ayuntamiento porque era imposible pagarme un alquiler”, recuerda.

En su búsqueda de una solución “fue cuando nos dimos cuenta de que hay personas mayores que tienen habitaciones libres y las quieren compartir, pero no pueden hacerlo porque tienen miedo. Montamos Kuvu para solucionarlo”.

Los ayudamos a encontrar a una persona adecuada, para que puedan vivir juntos de una manera segura

Eliminar miedos

“Los ayudamos a encontrar a una persona adecuada, que encaje con ellos en la compatibilidad de la convivencia, para que puedan vivir juntos de una manera segura”, explica Fierro.

Tras realizar las correspondientes investigaciones, llegaron a la conclusión de que existen tres barreras para que un mayor quiera alquilar una habitación: “Uno, porque pueda ser una mala persona y te la pueda liar en casa: la convivencia. Segundo, a problemas con el alquiler, que haya impagos o que puedan romper algo en casa. Y tercero, perder alguna ayuda o subvención”.

Kuvu selecciona a las personas que tienen un perfil que garantiza la que todo va a ir bien: “Cuando entras a la plataforma y te registras, rellenas un cuestionario elaborado en base a nuestra experiencia y después de haber hecho una investigación con psicólogos. Con un 40% de compatibilidad, la convivencia es factible”.

Hemos creado un contrato único en España, que antepone la convivencia al alquiler

Garantías

Las garantías se extienden también a la parte económica: “Nos encargamos de todo lo que tiene que ver con el alquiler. Desde el contrato, hasta todos los pagos. Y hacemos un seguimiento para asegurarnos de que todo va bien”, relata Fierro.

De hecho, han creado “un contrato que es único en España. Nos permite anteponer la convivencia al alquiler. Tú puedes tener un inquilino que es muy buen pagador, pero si hay una mala convivencia, podemos intervenir y plantear que salga de tu casa y poder tener a otra persona”.

Y los resultados parecen darles la razón: “Muchas son personas mayores viudas, que llevan a lo mejor 15 años viviendo en soledad. Eso te da inseguridad y con la edad, cada vez más. Una vez que empiezan a convivir y ya están haciendo las pruebas, va muy bien. El 90% de las personas mayores que hacen una convivencia con Kuvu, repiten”, afirma.

“Medimos mucho nuestro impacto, cuánto ayuda a mejorar la soledad, cuánto se siente la gente mejor”, detalla. “Hemos detectado también que entra gente con una renta no contributiva, normalmente son mujeres que reciben una pensión de este tipo, que son 5.900 euros al año. Y gracias Kuvu les estamos generando 2.900 euros extra, que quieras o no, para alguien que gana una buena pensión, no le solucionamos mucho, pero para quien gana poquito, como son estos casos, es un impacto grande”. 

Nuestro objetivo es romper todas las barreras sistémicas

Más que una empresa

“Somos una mezcla de todo, somos una empresa social”, explica Fierro. “Nuestro objetivo es romper todas las barreras sistémicas”. Por eso, ahora están trabajando en “impulsar un proyecto de ley que permita regular todos estos temas, para que las personas mayores no tengan tantas barreras para compartir. Incluso hay casos en los que te pueden querer quitar la pensión. Estamos promoviendo cambios legislativos”. 

A su juicio, “el gran reto reside en que cuando quieres trabajar con personas que están aisladas socialmente, es muy difícil llegar a ellas”. Esa ha sido “siempre la principal barrera, cómo llegar hasta ellas”. Hasta ahora, habían volcado su actividad en las redes sociales, “pero hemos encontrado una forma que yo creo que nos va a ayudar a crecer bastante, porque está dando muy buenos resultados. Es llegar a acuerdos con empresas más grandes -bancos, aseguradoras, empresas de servicio a domicilio…-; les permitimos lanzar programas para que sus mayores puedan compartir su casa”. 

Fierro explica que el concepto de empresa social puede resultar confuso: “Para algunos soy un hippy -los que vienen más del mundo de la empresa tradicional- y para otros soy un capitalista”, comenta entre risas. “La clave aquí es mezclar los dos mundos, es lo que nos permite crear una empresa social. Ese es nuestro objetivo. Estamos viendo cómo impulsar nuestro negocio y hacer que la compañía nos permita captar fondos para incrementar el impacto”.