Sabemos que es verano y que no apetece mucho pensar, pero: ¿crees que se debería pagar más por los rendimientos del trabajo o por las herencias recibidas? Al fin y al cabo, los primeros proceden de tu esfuerzo, de tu preparación a lo largo de tu vida. Las herencias, sin embargo, se pueden considerar casi como “dinero caído del cielo”.

Esa reflexión es la que tenían en mente Luis Miller, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; José A. Noguera, de la Universitat Autònoma de Barcelona; y Leire Salazar, de la UNED, cuando se plantearon realizar un análisis de esta “aparente paradoja·, como la califica Noguera.

“Por un lado, el escaso apoyo que parece tener el impuesto de sucesiones y, por otro, la evidencia que hay desde hace muchos años en estudios experimentales de que la gente está siempre más dispuesta a redistribuir la riqueza y la renta cuando la percibe como algo que no te has ganado tú con tu propio esfuerzo”, nos explica.

Los tres acaban de publicar el artículo Impuesto de sucesiones e impuesto sobre la renta: ¿cuánto se debería pagar? en el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”.

Deberías estar mucho más dispuesto a que se gravara y se distribuyera una herencia

Contradicción

“Aparentemente, es una contradicción”, señala Noguera, porque en el caso de una herencia, “deberías estar mucho más dispuesto a que se gravara y se distribuyera que lo que lo estás con las rentas del trabajo. En cambio, lo que observamos en muchos países europeos es exactamente lo contrario”.

Lo que muestran los resultados es que “el tipo medio preferido por los sujetos es algo superior al que existe actualmente, tanto en sucesiones como en IRPF en España”.

El investigador hace hincapié en el hecho de que se trata de un tipo medio: “También hay que mirar la distribución; y es cierto que en el impuesto de sucesiones, la distribución está muy escorada en tipos bajos. Esto es algo que ya esperábamos, porque ya hay algún otro estudio que también lo muestra”.

En principio, la gente debería preferir tipos más altos en sucesiones que en renta

Explicar

Por eso, uno de los objetivos de este trabajo era “explicar el porqué de esta diferencia entre ambos impuestos, cuando en principio toda la evidencia experimental que tenemos sobre actitudes hacia la redistribución nos llevaría a esperar lo contrario: que la gente prefiriese tipos más altos en sucesiones que en renta”.

El análisis ha evaluado diferentes factores para comprobar si alguno de ellos estaba relacionado con esa preferencia “y realmente hay pocos que salgan significativos”, dice Noguera.

Uno sería la intensidad de los valores familiares: “Aunque sea dinero caído del cielo, es dinero de tu familia. Pero no hemos encontrado esta relación”.

Tampoco se ha hallado relación con nivel de estudios ni orientación política. “Lo que sí aparece significativo es la edad: cuanto mayor edad, más preferencia por tipos bajos. Esto puede tener sentido porque evidentemente cuando ves más cercana tu muerte, estás más preocupado por lo que vas a legar a tus hijos”, razona.

Ningún marco discursivo consigue hacer que la gente tenga preferencia por tipos más altos

Procedimientos experimentales

Para realizar el análisis, el equipo ha puesto en práctica “algunos procedimientos experimentales”. Uno era “un tratamiento de marcos más discursivos”.

Como el propio Noguera explica, se trataba de “describir los impuestos para ver si así podíamos activar un poco las preferencias por la redistribución o por la igualdad. En las encuestas siempre sale que la gente está muy a favor de la igualdad de oportunidades. Qué mejor manera de garantizarla que gravar las herencias, porque eso nivela de algún modo la posición inicial de todos”.

A pesar del proceso de activación de ideas, “ninguno de estos marcos discursivos consigue hacer que la gente tenga preferencia por tipos más altos en sucesiones”.

La mayoría de la gente se posiciona mal en la distribución de los ingresos

Reflexión

Otro de los aspectos clave de la investigación fue “invitar a una parte de la muestra a reflexionar sobre en qué lugar de la distribución de la riqueza se encuentran. Es decir, cuántos hogares se encuentran por encima de ellos en ingresos y cuántos por debajo”.

Los resultados arrojaron una primera conclusión: “La mayoría de la gente se posiciona mal en la distribución de los ingresos. Esto es algo lógico y que cabría esperar, porque no tienen la idea correcta de cuál es la distribución de los ingresos en España. Pero lo que es curioso es que todos tienden hacia el centro: los más ricos creen que lo son menos y los más pobres creen que son menos pobres de lo que son”.

Ese mal posicionamiento tiene, además, un impacto en su preferencia por tipos más bajos en el impuesto de sucesiones, que muestra una significativa tendencia a ser mayor en el caso de “quienes se creen más pobres de lo que son. Esto puede tener que ver con que la gente que tiene propiedades o ahorros que legar a sus descendientes, si creen que tienen menos que la mayoría de la población, pueden tener una preferencia por tipos más bajos, porque los ven como más justos”.

Aun así, Noguera señala que las preferencias medias de los sujetos supndrían “situarlos los tipos efectivos de sucesiones en un 14 o un 15 por ciento. Son tipos muy bajos en comparación con los de la renta, pero muy superiores a los actualmente existentes”.