Entre el 25 y el 31 de mayo, Naciones Unidas celebra la Semana Internacional de solidaridad con los pueblos de los territorios no autónomos. Es decir, los que no se gobiernan a sí mismos y pertenecen bajo el control de una “potencia administradora”.

En la actualidad, hay 17 pueblos en el mundo, con una población total de cerca de dos millones de personas, que “no han alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio”, como se define en la Carta de las Naciones Unidas a los territorios no autónomos.

Dos niños en Nukunonu, uno de los tres atolones que componen Tokelau, en 2002. Foto ONU/Denise Cook

Dos niños en Nukunonu, uno de los tres atolones que componen Tokelau, en 2002. Foto ONU/Denise Cook

En 1976 España informó de que abandonaba definitivamente el territorio del Sáhara

Gibraltar y Sáhara
Entre ellos, dos muy relacionados con España: Gibraltar y el Sáhara Occidental. “El 26 de febrero de 1976, España informó al Secretario General de que, con esa fecha, el Gobierno español daba término definitivamente a su presencia en el territorio del Sáhara y estimaba necesario dejar constancia de que España se consideraba desligada en lo sucesivo de toda responsabilidad de carácter internacional con relación a la administración de dicho territorio, al cesar su participación en la administración temporal que se había establecido para el mismo. En 1990, la Asamblea General reafirmó que la cuestión del Sáhara Occidental era un problema de descolonización que debía resolver el pueblo del Sáhara Occidental”, explica la ONU sobre esta situación.

El resto de territorios no autónomos reconocidos por Naciones Unidas son: Anguila, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Islas Malvinas [o Falkland Islands], Montserrat, Santa Elena, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Samoa Americana, Polinesia Francesa, Guam, Nueva Caledonia, Pitcaim y Tokelau.

Las potencias administradoras deben asegurar el progreso de los pueblos

Obligaciones de las potencias
En la Carta de la Naciones Unidas, se pide a los países colonizadores que “adopten medidas eficaces para salvaguardar y garantizar los derechos inalienables de los pueblos de los territorios no autónomos a disponer de sus recursos naturales, incluida la tierra, y a establecer y mantener el control del aprovechamiento de esos recursos en el futuro”.

Además, las potencias administradoras, deben asegurar “el progreso político, económico, social y educacional de los pueblos” y “se comprometen a ayudarlos a lograr la libre determinación y a establecer instituciones políticas democráticas”.

Pero no solo eso, también tienen la obligación de comunicar periódicamente al Secretario General información sobre la situación económica, social y educacional en los territorios bajo su administración.

Según la ONU, el colonialismo debe llegar a su fin rápida e incondicionalmente

Historia
En 1946, ocho Estados Miembros, Australia, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos de América, Francia, Nueva Zelandia, Países Bajos y Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, establecieron los 72 territorios sometidos a su administración que consideraban que eran territorios no autónomos.

Según explica la ONU, “conforme avanzaba el proceso de descolonización, la Asamblea General, en 1960, aprobó la histórica Declaración sobre la Concesión de Independencia a los Países y Pueblos Coloniales. Esta Declaración reconocía el derecho de libre determinación de todos los pueblos y afirmaba que el colonialismo debía llegar a su fin rápida e incondicionalmente”.

A partir de 1990, en el 30º aniversario de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, las Naciones Unidas declararon tres decenios internacionales consecutivos para la eliminación del colonialismo. El tercero, que comenzó en 2011, termina este año.

Actualmente, Francia es la Potencia administradora de la Polinesia Francesa y Nueva Caledonia; Nueva Zelanda es la Potencia administradora de Tokelau; el Reino Unido es la Potencia administradora de Anguila, Bermudas, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, las Islas Malvinas (Falkland Islands), Gibraltar, Montserrat, Pitcairn, Santa Elena y las Islas Turcas y Caicos; y los Estados Unidos son la Potencia administradora de Samoa Americana, Guam y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos.

Se considera que un territorio no autónomo ha alcanzado su "plenitud del gobierno propio" cuando “pasa a ser un estado independiente y soberano, establece una libre asociación con un estado independiente o se integra a un estado independiente”.