El cambio climático y la degradación del medio ambiente son una amenaza existencial a la que se enfrentan Europa y el resto del mundo”. Con estas palabras, la Unión Europea deja bien claro que hay que hablar, pero también actuar.

La pregunta es: ¿puede Europa frenar el cambio climático? Y la estrategia para conseguirlo se llama Pacto Verde Europeo. Un plan que “transformará la UE en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva”, con el objetivo de convertirnos en “el primer continente climáticamente neutro”.

El Pacto Verde dispondrá de 600.000 millones de euros para invertir

Frenar el cambio climático

Europa cree que es fundamental que no haya emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050. Y hay que conseguirlo sin asociar el crecimiento económico al uso de recursos y sin que nadie se quede atrás.

Para conseguirlo, no basta con plantar 3.000 millones de nuevos árboles [que es uno de los objetivos de la UE]. También hacen falta recursos. Por eso, “un tercio de los 1,8 billones de euros de inversiones del plan de recuperación NextGenerationEU y el presupuesto de siete años de la UE financiarán el Pacto Verde Europeo”.

La UE ha logrado recuperar el control sobre el mercado y los precios de la energía

Recuperar el control

El pasado 11 de septiembre, el estado de la Unión de la Energía afirma que “la UE ha logrado hacer frente a riesgos críticos para la seguridad de su suministro energético, ha recuperado el control sobre el mercado y los precios de la energía y ha acelerado la transición hacia la neutralidad climática”.

La preocupación de la dependencia de Rusia en combustibles fósiles ha impulsado la búsqueda de su reducción a través del plan REPowerEU. Un punto crucial en la consecución del objetivo de conseguir emitir menos gases de efecto invernadero. En concreto, un 55% menos en 2030 con respecto a 1990.

Ahorrar y diversificar

El plan REPowerEU pone el foco en el ahorro energético, la diversificación de suministradores de energía y la producción de esta de forma limpia. “Gracias a él, hemos salvaguardado a los ciudadanos y empresas europeos de la escasez de energía, hemos apoyado a Ucrania al debilitar el arsenal ruso y acelerado la transición a la energía limpia y precios establecidos”.

Además, Europa considera que “el intento de Putin de dividir Europa al convertir la energía en un arma, ha fracasado. Nuestros esfuerzos conjuntos seguirán y Europa ahora está mejor preparada y más unida que nunca”.

En 2021, el porcentaje de importaciones de gas procedente de Rusia suponían el 45% del total, una cifra que en 2023 se situaba en el 15%.

Logros en la reducción de consumo energértico

La UE destaca entre los logros de los dos últimos años, la reducción del consumo de gas en un 18%, haber superado la dependencia del suministro ruso de combustibles fósiles, haber asegurado el acceso a energía asequible y segura y haber producido, por primera vez, más electricidad procedente de renovables [solar y eólica] que del gas.

“Gracias a las acciones de ciudadanos, empresas y países de la UE por igla, hemos superado nuestro objetivo voluntario de reducir la demanda de gas en un 15%”. De hecho, se disminuyó en un 18% entre agosto de 2022 y marzo de 2024.

Gas

Otra de las estrategias ha sido almacenar gas antes de cada invierno, con el fin de evitar posibles faltas de suministro en momentos de picos de demanda. En 2022, los estados miembros acordaron llenar los depósitos subterráneos de este combustible hasta el 80% de su capacidad. Pero, en la práctica, las reservas se han incrementado hasta el 95%.

Este año, a cierre de la temporada de calefacción [1 de abril], las reservas de gas se situaban en el 59% de su capacidad total, lo que supuso un récord “y un buen punto de partida para el rellenado para el año siguiente”.

Futuro

“En dos años, la UE ha conseguido alcanzar con éxito la mayoría de los ambiciosos objetivos establecidos en el plan REPowerEU y ahora está en el buen camino para lilberarse por completo de los combustibles fósiles rusos, a la vez que perseguimos la transición verde y apoyamos a Ucrania”.

Lo que queda por hacer es “seguir reduciendo las importaciones de gas ruso, acelerar la descarbonización industrial, desplegar las renovables con mayor rapidez, invertir en infraestructura e interconexión energéticas y mejorar la eficiencia”.

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