Seguro que hay alguna profesora o profesor a quien recuerdas de forma especial. Esperemos que sea por lo bueno, eso sí. Está claro que una parte muy importante de nuestra personalidad se forja en las aulas. Y la actividad docente en muchas ocasiones no es ni fácil ni gratificante. Por eso, no está mal que dediquemos por lo menos un día al año a recordar la labor de las personas que se esfuerzan por hacernos aprender, lo consigan o no.

Cada día, los profesionales de la docencia se enfrentan a situaciones más complicadas, a la pérdida de control sobre su trabajo y a condiciones laborales menos satisfactorias. Sin embargo, siguen jugando un papel clave en nuestra sociedad, aunque para ellas y ellos no haya aplausos casi nunca.

“Hoy celebramos la excepcional dedicación y el valor de todos los docentes, así́ como su capacidad de adaptación e innovación en condiciones muy difíciles e inciertas. Son agentes esenciales en los esfuerzos mundiales de recuperación de la educación y resultan fundamentales para acelerar el progreso hacia una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los alumnos, en cualquier circunstancia”, nos recuerdan Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, Guy Ryder, Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Henrietta H. Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF y David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación, de forma conjunta en su mensaje oficial con motivo de la celebración del día mundial de los Docentes.

Los docentes han estado en primera línea para garantizar la continuidad del aprendizaje cuando las escuelas estaban cerradas

Más difícil que nunca

Una labor que ha sido especialmente difícil en los últimos tiempos: “La pandemia ha puesto de manifiesto el valor insustituible de la profesión docente en la sociedad, pero también las difíciles condiciones de trabajo que padecen muchos profesores. Los docentes han estado en primera línea para garantizar la continuidad del aprendizaje cuando las escuelas estaban cerradas y para proporcionar apoyo socioemocional a sus alumnos, especialmente a los más vulnerables”.

Las personas profesionales de la docencia “han tenido que adaptarse rápidamente al aprendizaje a distancia y manejar nuevas herramientas digitales, a menudo sin formación para ello. Actualmente deben evaluar y remediar las pérdidas de aprendizaje de sus alumnos, hacer frente a los problemas de salud y seguridad en el aula, y aprovechar los métodos virtuales, híbridos y presenciales para reducir al mínimo los posibles trastornos”.

Se necesitan 69 millones de profesores y profesoras en todo el mundo

Escasez de profesionales

Desde la UNESCO llaman la atención sobre lo “preocupante” de la situación actual, debido a “la escasez de docentes que ha estado afectando al mundo desde hace más de una década”. Sus datos apuntan a que para asegurar la educación primaria y secundaria universal antes de 2030 [que es la meta 4.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible u ODS] se necesitan 69 millones de profesores y profesoras en todo el mundo: más de 24 millones para primaria y más de 44 para secundaria.

La situación es más complicada en África subsahariana, “donde el 70 por ciento de los países se enfrentan a escasez en niveles de primaria y el 90 por ciento en la secundaria”. Una realidad que se va a agudizar en los próximos años, porque se calcula que el número de personas entre los seis y los quince años de edad crecerá un 60 por ciento en tres décadas, desde los 280 millones de 2020, hasta los 450 millones que habrá en 2050.

Los países más ricos también deben afrontar la escasez de profesores

Mejorar las condiciones

“Si no mejora de forma urgente el atractivo de la profesión docente y la contratación actual de profesores, la situación será incluso más problemática. La escasez de profesores es una realidad que las regiones y países más ricos también deben afrontar”, señala la UNESCO.

Entre los motivos para la falta de atractivo, la organización menciona “las condiciones laborales y la remuneración”, que en la mayoría de los países “no tiene comparación con profesiones que requieren del mismo nivel de educación, responsabilidad y carga de trabajo”. Además, destaca su pérdida de libertad, autonomía y capacidad de decisión que, “en última instancia, muestran la profesión como menos atractiva y gratificante, lo que provoca que muchos profesores abandonen su labor”.

Pero, sobre todo, las medidas de control “que minan el propio trabajo que se espera de los profesores: guiar a los estudiantes a entender y transformar el mundo e infundir un sentimiento de pertenencia y responsabilidad; y contradice las afirmaciones de que los profesores deben ser creativos, adaptativos e innovadores”.

Los firmantes del mensaje terminan con una llamada a la acción: “En el Día Mundial de los docentes no solo rendimos homenaje a todos los educadores. Pedimos a los países que inviertan en ellos y les den prioridad en los esfuerzos mundiales de recuperación de la educación para que todos los alumnos tengan acceso a un docente cualificado y respaldado. ¡Apoyemos a nuestros docentes!”.