Desde que el ser humano comenzó a contar historias, la música, la literatura el cine, la radio y la televisión se han llenado de historias de amor, de parejas que se conocen, se enamoran y unen sus vidas, casi siempre, tras superar las correspondientes dificultades.

Sin embargo, esas historias son muy diferentes de las de muchas niñas del mundo. Hoy en día, hasta 10 millones de ellas corren el riesgo de ser obligadas a casarse a muy temprana edad. Y ese es solo uno de los problemas que tienen que afrontar. 

Por eso, hoy 11 de octubre, Naciones Unidas celebra el Día Internación de la Niña, para llamar la atención sobre su situación, cuyas principales causas son “una combinación de conmociones económicas, cierre de escuelas e interrupción de los servicios de salud reproductiva”.

Al llegar a la universidad es cuando dan el salto

Derechos y pandemia

Mónica Batán, cofundadora de Wanawake, una ONG que lucha por defender el derecho de las mujeres a la educación como fórmula principal de conseguir un futuro mejor, nos explica que “al llegar a la universidad es cuando dan el salto”,  porque les permite salir "de la economía informal a la que están destinadas, garantizando así su desarrollo personal y profesional".

Batán también llama la atención sobre la enorme cantidad de embarazos infantiles que se han producido durante la pandemia y el confinamiento. Algo que corta de raíz las oportunidades de las niñas.

También destaca otra de las lacras que las afectan: "La mutilación genital femenina continúa afectando a más de 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo".

Algo que también apunta la ONU: “El COVID-19 ha empeorado las cargas existentes para ellas y erosionado los importantes logros alcanzados en el último decenio”. Batán también incide en su impacto, al señalar que "dos millones más de ellas serán objeto de esta práctica [mutilación genital femenina] durante el próximo decenio" [que se sumarían a los casi 4 millones de ellas que son objeto de ella cada año].

Según la organización internacional, “las niñas de todo el mundo siguen enfrentándose a retos sin precedentes en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de violencia”.

Ellas siguen siendo las que impulsan el progreso en sus comunidades

Seguir adelante

Eso no significa que haya que rendirse. Como recuerdan las Naciones Unidas, “la adversidad trae a menudo consigo el ingenio, la creatividad, la tenacidad y la resiliencia. Los 600 millones de niñas adolescentes del mundo han demostrado una y otra vez que, si se les facilitan las habilidades y las oportunidades, ellas mismas pueden ser las que impulsen el progreso en sus comunidades, reconstruyendo un futuro más sólido para todos que incluya a las mujeres, las niñas y los niños y los hombres”.

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer. La ONU nos recuerda que “casi la mitad de las escuelas primarias de los países menos adelantados carecen de aseos para un solo sexo —un factor importante para la asistencia de las niñas— y más de dos tercios carecen de electricidad”.

No solo eso, también son las principales víctimas de la explotación sexual (72% de los casos detectados), mientras que los niños son principalmente sometidos a trabajos forzados (66%).

La brecha de género y la poca presencia femenina en carreras STEM aumentan las diferencias

Tecnología y barreras

La tecnología también se está agudizando las diferencias. Según datos de Naciones Unidas, “la brecha de género entre los usuarios de Internet en todo el mundo está aumentando, del 11% en 2013 al 17% en 2019; y es más amplia en los países menos adelantados del mundo, en donde llega a un 43%”.

Además, “a nivel mundial, el porcentaje de mujeres graduadas en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) es inferior al 15% en más de dos tercios de los países”.

Cambios

Para cambiar el rumbo, la institución propone generar modelos de comportamiento: “Comparte historias de interés humano, blogs y vídeos de niñas que estén cambiando las cosas; y de las redes y organizaciones inspiradoras que están dotándolas de recursos—promoviendo así que lideren— y afianzando los servicios para ellas”. De esa forma, conseguiremos amplificar “su poder de liderazgo, las acciones que están emprendiendo y su impacto para inspirar a otros”.

También es preciso implicar a “los funcionarios gubernamentales, a los responsables políticos y a las partes interesadas para que realicen inversiones más específicas que aborden las desigualdades”.

Además, asegura que es preciso involucrar “a mujeres influyentes en todos los sectores para que se conviertan en la cara del cambio que queremos que las niñas vean como posible. Los modelos de conducta dicen más que mil palabras. Cambiemos la conversación global y la percepción pública de las niñas líderes”.

Ejemplo

“El mundo contemporáneo mata cada año a cientos de miles de niñas al nacer sin que nadie tenga nada que replicar. Millones de niñas son violadas cada día en todo el mundo desde su más tierna edad sin que los poderosos griten: ¡Alto!”, afirma Dominique Sigaud, periodista y autora francesa, que acaba de publicar un libro titulado La maldición de ser niña.

Sigaud participa hoy en un acto organizado por las ONGs Entreculturas, Mundo Cooperante y Save The Children para “sensibilizar a la población sobre unas prácticas que hoy en día siguen cometiéndose de manera impune en todos los continentes”,

Hoy es un buen día, por tanto, para recordar que “las niñas están sobradamente preparadas para avanzar en el próximo decenio. Ha llegado el momento de que rindamos cuentas con y ante ellas e invirtamos en un futuro que crea en su capacidad de organización, su liderazgo y su potencial”, como dice Naciones Unidas.