¿Cuántas fotos está usted haciendo este verano? Que si las Perseidas, que si la paella en el chiringuito, que si Picos de Europa… No solo eso, también las que ha recibido de sus ascendientes, descendientes y demás familia y amigos. Cada día se realizan 3.800 millones de fotografías digitales en el mundo.

Y todo, gracias a un hombre, Russell Kirsch. Esta misma semana, el inventor del píxel nos dejó a los 91 años, por complicaciones relacionadas con el alzheimer. Pero –afortunadamente- su herencia sigue con nosotros.

Russell Kirsch con Joel Runyon. Fuente: Joel Runyon

Russell Kirsch con Joel Runyon. Fuente: Joel Runyon

Tener acceso al SEAC me permitió probar ideas que nadie más podía probar

Sin duda, las fotografías son una de las cosas más importantes en nuestras vidas hoy en día. Gracias a ellas guardamos nuestros recuerdos, podemos volver a “ver” a quienes ya se han ido y “vivir” momentos únicos.

Oportunidad única

Todo comenzó hace 70 años. Cuando a Kirsch se le presentó una oportunidad única y la aprovechó. “Tener acceso al SEAC, que era el único ordenador programable en Estados Unidos cuando se construyó en 1950, me permitió probar ideas que nadie más podía probar”, explicaba Kirsch hace una década en una clase magistral. Ideas como, por ejemplo, “la construcción de la primera imagen digital del mundo”.  

Kirsch relata el proceso: “Lo que hice en 1957 fue coger una foto pequeña de mi hijo que acababa de nacer, cortarla y montarla en un escáner rotativo, que se conectaba con el ordenador SEAC en forma de 172x172 píxeles. Cada píxel era un cuadrado binario, negro o blanco, porque no teníamos espacio para más en el ordenador SEAC. Esa fue la primera imagen digital”.

Esta es la primera imagen digital de la historia

Esta es la primera imagen digital de la historia

Cada píxel tenía, pues, un bit de información. Era un 1 o un 0. Con un concepto, aparentemente tan sencillo, Kirsch cambió para siempre nuestra forma de ver el mundo. De hecho, la revista Life incluyó en 2003 esa primera imagen digital entre las Cien fotografías que cambiaron el mundo.

Cada píxel era un cuadrado binario, negro o blanco, porque no teníamos espacio para más en el ordenador SEAC

Imperfección

Sin embargo, cuarenta años después, reconoció que quizá su idea de píxeles cuadrados no había sido la mejor de las opciones posibles. Publicó un artículo en una web del gobierno para que alguien la mejorara. “Pero, durante una década, no pasó nada”.

A los 81 años, decidió que “tenía que hacer una sugerencia mejor a la gente sobre cómo mejorar mis píxeles cuadrados originales”. Lo que hizo fue “intentar mostrar cómo podrían mejorar las imágenes en el futuro si se cambiara lo que yo había hecho medio siglo antes”.

Kirsch creó un programa para simular qué formas podrían tener los píxeles. De esa manera, conseguía mejorar la definición de las imágenes con un menor número de píxeles. Un dato para los más frikis: para hacerlo utilizó un Macintosh OS9 y escribió el código en LISP.

Reacción de cualquier millennial al leer lo del Macintosh OS9 y LISP

Reacción de cualquier millennial al leer lo del Macintosh OS9 y LISP

Por desgracia, él mismo anticipaba que no llegaría a ver la implementación de los píxeles de formas variables en cámaras, escáneres y demás dispositivos de imagen digital.

Con un ordenador puedes crear cosas que no han existido antes y hacer cosas que nadie ha hecho antes

Crear, no hacer

El bloguero Joel Runyon tuvo la suerte de encontrarse con él en una cafetería de Portland. Según relata, Kirsch le preguntó si le gustaba el Mac que tenía delante y Runyon contestó que sí. A lo que Kirsch replicó con una de esas frases que habría que poner como fondo de pantalla de todos los dispositivos del mundo: "Últimamente estoy en contra de la compañía Macintosh [Apple]. Están intentando que todo el mundo use iPads y cuando la gente usa iPads, terminan usando la tecnología para consumir cosas, en lugar de hacer cosas. Con un ordenador puedes hacer cosas. Puedes crear código, puedes hacer cosas y crear cosas que no han existido antes y hacer cosas que nadie ha hecho antes". Sin duda, él lo hizo. 

Así que ya sabe, por lo menos hoy, cada vez que se haga un selfie o reciba el último baile de su sobrina en TikTok, dé las gracias a Russell Kirsch, sin saberlo, una de las personas más importantes de su vida.