El Real Madrid ha perdido 0-2 ante el Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, en un partido que se ha convertido en una pesadilla para el equipo blanco. La derrota ha supuesto la ruptura de la imbatibilidad casera de los merengues y ha venido acompañada de sucesivas expulsiones y una lesión grave de Éder Militão, lo que ha hundido a la plantilla física y anímicamente.

Arbitraje en el ojo del huracán

El arbitraje ha sido el principal foco de críticas tras el partido. Dos jugadores del Real Madrid (Fran García y Álvaro Carreras) fueron expulsados, y la segunda roja (a Carreras) ha sido especialmente polémica por unas palabras dirigidas al colegiado que han quedado registradas en el acta: “eres malísimo”. Además, el banquillo merengue también sufrió sanciones: otro jugador, Endrick, recibió roja directa desde el banquillo por protestar, y el capitán Dani Carvajal fue citado en el acta por su actitud en el túnel de vestuarios.

Tras el choque, el entrenador blanco ha sido tajante: ha afirmado que “nos han desquiciado las decisiones del árbitro” y ha subrayado que la expulsión de Carreras le pareció “muy discutible”. Alonso ha reconocido que la lesión de Militão ha afectado al equipo, pero ha insistido en que el arbitraje condicionó el ritmo del partido y afectó la moral del vestuario. Pese al enfado, ha tratado de restar dramatismo diciendo que “son solo tres puntos” y apelando a que queda mucha Liga por delante.

¿Serán las últimas horas de Xabi Alonso en el banquillo?

Xabi Alonso se ha visto envuelto en un ambiente cargado de tensión y presión tras la dura derrota en casa. Ha admitido que el equipo “no ha jugado bien” y que las decisiones del árbitro, sumadas a la lesión de Éder Militão, han desquiciado al vestuario, una situación que “nos ha costado recomponernos”.

A pesar del revés, Xabi Alonso ha dejado claro que todavía confía en revertir la situación; ha pedido unidad al equipo, ha insistido en que “la Liga es muy larga” y ha señalado que el próximo partido en la UEFA Champions League ante Manchester City será una oportunidad clave para “sacar esto adelante”.

El malestar provocado por el arbitraje, las expulsiones y la lesión de un titular ha generado dudas sobre la continuidad del equipo en su objetivo de Liga. Además, deja en evidencia la fragilidad defensiva y la necesidad de reaccionar rápido. El próximo partido, en Champions, aparece como una oportunidad para borrar este tropiezo, pero también como una prueba de carácter. El Real Madrid ha encajado un duro golpe, y ahora debe demostrar que puede sobreponerse.

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