El próximo domingo a las 16:15, tendrá lugar uno de esos partidos que paralizan el mundo. El estadio Santiago Bernabéu acogerá un nuevo Clásico entre Real Madrid y FC Barcelona. Un partido que trasciende más allá de lo deportivo y que se juega tanto en el césped como fuera de él. Dos máximos rivales que se encuentran cada año, y cuya aversión mutua provoca que, a lo largo de más de un siglo de historia, apenas una veintena de futbolistas hayan vestido ambas camisetas. Algunos lo hicieron buscando nuevos retos, otros por necesidad o por las circunstancias del mercado. Pero todos tuvieron que cargar con el peso simbólico de haber cruzado una de las líneas más prohibidas del deporte. Estos son varios de los jugadores más destacados que se han enfundado las dos elásticas más pesadas del fútbol español.

Ricardo Zamora

El legendario guardameta fue de los primeros en dar tal paso. “El Divino”, defendió la portería del Barcelona entre 1919 y 1922 antes de convertirse en mito del Real Madrid en los años 30. Su carácter y sus intervenciones felinas lo convirtieron en uno de los pioneros del fútbol moderno y, sobre todo, en el primer gran ídolo nacional. Su figura trasciende colores, siendo Zamora historia del balompié nacional.

Josep Samitier

Considerado uno de los grandes talentos del fútbol de entreguerras, Josep Samitier fue estrella y símbolo del Barça de los años 20, donde es recordado como uno de los primeros genios culés. En 1932, ya en el ocaso de su carrera, fichó por el Real Madrid, con quien ganó la Liga de 1933. Su paso a la capital generó controversia, pero su legado como uno de los grandes pioneros del fútbol técnico permanece intacto.

Jesús Pereda

Jesús “Chus” Pereda comenzó su carrera en el Real Madrid, aunque su consagración llegó en el FC Barcelona en los años 60, donde fue campeón de Copa y figura de la selección española que ganó la Eurocopa de 1964. Con más de 130 partidos como azulgrana, Pereda es otro de los ejemplos tempranos de futbolistas que unieron ambos mundos.

Evaristo Macedo

El brasileño Evaristo brilló con el Barcelona en los años 50, marcando más de un centenar de goles, antes de fichar por el Real Madrid en 1962. Su cambio de bando fue toda una sorpresa en su época, aunque su carácter profesional y su olfato goleador le permitieron ganarse el respeto en ambas orillas.

Luis Milla

Formado en la Masia, Luis Milla debutó con el primer equipo del Barça a finales de los 80, pero una lesión y su salida conflictiva con Johan Cruyff lo empujaron al Real Madrid en 1990. En el Bernabéu rindió a buen nivel y se convirtió en un mediocentro fiable antes de continuar su carrera en el Valencia. Su caso marcó una época de tensiones entre ambos clubes.

Bernd Schuster

El alemán fue una de las estrellas del Barça de principios de los 80, hasta que su relación con la directiva se rompió. En 1988 fichó por el Real Madrid, donde mantuvo su nivel y conquistó títulos importantes. Más tarde, para completar el círculo, también jugó en el Atlético. Su personalidad fuerte y su talento lo convirtieron en uno de los grandes personajes del fútbol español.

Michael Laudrup

Símbolo de elegancia, el danés Michael Laudrup deslumbró en el “Dream Team” de Cruyff, con el que ganó cuatro Ligas seguidas y una Copa de Europa. Pero tras su ruptura con el técnico neerlandés, fichó por el Real Madrid en 1994, donde volvió a conquistar la Liga. Fue campeón cinco años consecutivos entre ambos clubes y sigue siendo recordado por su clase y su discreción.

Gheorghe Hagi

El “Maradona de los Cárpatos” pasó por ambos gigantes sin llegar a su plenitud. Hagi jugó en el Real Madrid entre 1990 y 1992 y en el Barcelona de 1994 a 1996. Su zurda mágica y su carácter volcánico lo hicieron imprevisible, capaz de lo mejor y lo peor en un mismo partido.

Luis Enrique

Su historia es de las más recordadas. Tras cinco años en el Real Madrid, Luis Enrique se marchó libre al Barça en 1996. En el Camp Nou encontró su identidad, convirtiéndose en capitán y en símbolo del esfuerzo y la pasión. Su paso al eterno rival lo hizo enemigo del Bernabéu, pero ídolo en la Ciudad Condal.

Dani García Lara

Formado en la cantera del Madrid, Dani García Lara apenas tuvo protagonismo en el primer equipo blanco, pero su madurez llegó en el Mallorca y el Barcelona, donde jugó entre 1999 y 2002. Su profesionalismo y perfil discreto le permitieron mantenerse al margen de la polémica. Incluso llegó a marcar en un clásico, cumpliendo el sueño que todo delantero español podría desear.

Luís Figo

El traspaso más mediático y polémico de la historia del fútbol español. En el año 2000, Luís Figo pasó del Barcelona al Real Madrid a cambio de 10.000 millones de pesetas. Su regreso al Camp Nou con la camiseta blanca fue uno de los momentos más tensos del clásico, con lanzamientos de objetos y una atmósfera irrespirable. Más allá del escándalo, Figo fue un futbolista extraordinario, símbolo del cambio de era que inauguraron los “Galácticos”.

Ronaldo Nazário

El brasileño jugó solo una temporada en el Barça (1996-97), pero fue suficiente para dejar una huella eterna. Después de su paso por el Inter, recaló en el Real Madrid en 2002, donde formó parte de los “Galácticos” y volvió a brillar. Querido por ambas aficiones, Ronaldo es uno de los pocos capaces de generar unanimidad: talento puro, sin colores.

Samuel Eto’o

Formado en el Real Madrid, Eto’o apenas tuvo oportunidades en el Bernabéu, pero su explosión llegó en el Mallorca y su consagración en el Barcelona. En el Camp Nou se convirtió en uno de los mejores delanteros del mundo, clave en la conquista de las Champions de 2006 y 2009. Cada gol que le marcó al Madrid llevaba una carga simbólica: la del jugador que no se rindió.

Robert Prosinečki

El croata llegó al Real Madrid como estrella emergente, pero las lesiones marcaron su etapa. En 1995 fichó por el Barça, donde mostró destellos de su zurda privilegiada. Su fútbol bohemio y su carácter lo convirtieron en uno de los jugadores más carismáticos de su tiempo.

Javier Saviola

“El Conejo” deslumbró en su llegada al Barcelona en 2001 con solo 19 años. Tras varias cesiones, fichó por el Real Madrid en 2007, donde cumplió un papel secundario. Siempre respetuoso, Saviola encarna el perfil del futbolista profesional que supo convivir con la rivalidad sin alimentar el fuego.

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