La gala del Balón de Oro es uno de esos eventos en los que todo aficionado del balompié centra su mirada. Protagonista eterno de grandes debates y sinónimo de grandeza futbolística, se trata ni más ni menos que del galardón más codiciado de ese deporte que consiste en darle patadas a una pelota. Un premio cuyo palmarés está repleto de jugadores históricos que han dejado huella en la historia del fútbol, como lo son, por ejemplo, Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Zinedine Zidane, Johan Cruyff o Franz Beckenbauer. La noche del lunes añadirá un nuevo nombre a la lista, y parece claro que en esta edición destacan dos por encima del resto: Lamine Yamal y Ousmane Dembélé.

El líder de un triplete incontestable

Ousmane Dembélé es uno de los más serios candidatos para llevarse el Balón de Oro 2025, algo impensable hace unos pocos años. Cuando Xavi Hernández, su último técnico en el FC Barcelona, dijo en 2023 que veía "a Dembélé con potencial para ser el mejor jugador del mundo", sus declaraciones despertaron risas y burlas, pero el tiempo ha terminado dándole la razón al de Terrassa.

En su segunda temporada en el PSG y con la marcha de Kylian Mbappé al Real Madrid, Luis Enrique vio en ‘el mosquito’ al nuevo líder de su ataque, algo que a la postre le ha terminado dando rédito. Tras años de proyectos fallidos y millones gastados buscando la tan ansiada UEFA Champions League, la entidad parisina logró su objetivo, y lo hizo de la mano de un inspiradísimo Dembélé en la fase final de la competición. Desde dieciseisavos de final, el francés contribuyó en cada ronda con gol o asistencia, destacando sus eliminatorias ante el Liverpool y el Arsenal.

Dembélé levantó cuatro títulos con el PSG la pasada campaña: Liga, Copa, Supercopa y Champions League (además de la Supercopa de Europa, aunque esta forma parte de la 2025/26). En total, disputó 60 encuentros en los que anotó 37 goles y repartió 15 asistencias. Además, hay un hecho que juega a su favor en la carrera por el Balón de Oro: disputó el Mundial de Clubes de la FIFA, llegando hasta la final del torneo. Cierto es que estuvo lesionado durante la fase de grupos y que el Chelsea no le dio opción al equipo de Luis Enrique, con un contundente 3-0 en la final.

Sin embargo, hay dos argumentos que juegan en su contra: un arranque de temporada discreto, con desconvocatorias en partidos claves como, precisamente, ante el Arsenal en fase de grupos y, por otro lado, su desempeño con la selección francesa. Si bien es cierto que la pasada campaña no tuvo grandes torneos de selecciones, en la UEFA Nations League Francia cayó ante España en semifinales.

Lamine Yamal, el joven candidato llamado a hacer historia

Lamine Yamal no es solo una promesa: se ha convertido en una fuerza imparable en la carrera hacia el Balón de Oro 2025, con méritos que claman tanto por el reconocimiento como por la admiración. Con apenas 17 años, ha sido uno de los líderes del FC Barcelona de Hansi Flick, convirtiéndose en ese elemento creativo del juego que destroza esquemas con su desborde, velocidad y visión de juego.

Durante la pasada campaña, disputó 55 encuentros, anotando 18 goles y repartiendo 25 asistencias. Además, levantó LaLiga, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Tres títulos que llegaron tras un año de sequía en el que el proyecto de Xavi Hernández vio su final. La joven perla blaugrana dejó consigo actuaciones memorables en grandes escenarios, como las semifinales ante el Inter de Milán. El Barça se quedó a tan solo dos minutos de regresar a una final de Liga de Campeones, pero Acerbi tuvo otros planes.

A todo ello se suma su capacidad de liderazgo silencioso. Sin necesidad de portar galones, Yamal transmite la seguridad de quien sabe que puede cambiar el destino de un partido en cualquier instante. Su desparpajo en el regate, su lectura de los espacios y su determinación frente a rivales mucho más experimentados hacen que no solo se hable de él como una promesa, sino como una estrella plenamente consolidada. A los 18 años, ya es uno de esos jugadores que atraen miradas incluso de los más escépticos, y su candidatura al Balón de Oro 2025 se presenta como un síntoma de cambio generacional en el fútbol mundial.

Sin embargo, hay argumentos que juegan en su contra. Su juventud, que por un lado deslumbra, también puede volverse en su desventaja: para muchos, todavía está en una etapa inicial de su carrera y premiarlo ahora podría considerarse precipitado. Además, su palmarés, aunque brillante a nivel doméstico, carece de ese gran título europeo o mundial que suele decantar la balanza en estas votaciones. En la Champions League quedó a las puertas de la final, y en la Nations League, España no logró alzarse con el trofeo. Además, el no haber jugado el Mundial de Clubes puede pesar en su argumentario.

Y así, la gala del Balón de Oro 2025 se presenta como un cruce de caminos entre pasado y futuro, entre la consagración de un talento que al fin ha cumplido con las expectativas —Ousmane Dembélé— y la irrupción de un joven destinado a cambiar la historia —Lamine Yamal—. Sea cual sea el nombre que se escriba en letras doradas este lunes, el fútbol mundial celebrará algo más que un premio individual: celebrará la eternidad de un deporte que siempre encuentra nuevas leyendas. Porque el Balón de Oro no es solo un trofeo, es el testigo que une generaciones, la llama que mantiene viva la épica del balompié.

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio