Las ventas globales de Tesla han caído bruscamente en el segundo trimestre del año, manteniendo un declive que comenzó el pasado 2024, a medida que la compañía pone un mayor énfasis en la conducción autónoma en lugar de en nuevos modelos que puedan atraer a potenciales consumidores.
La empresa declaró haber entregado 384.000 vehículos entre abril y junio frente a los 444.000 del año anterior. La limitada y anticuada gama de Tesla no ha podido resistir la creciente competencia de los relativamente nuevos fabricantes de coches chinos como BYD y empresas occidentales ya consolidadas como General Motors, Volkswagen y BMW.
Elon Musk, le director ejecutivo de la compañía se ha mostrado aparentemente indiferente ante la caída de las ventas de vehículos, asegurando que el futuro de la empresa está en la tecnología que permitirá a los Tesla funcionar de forma autónoma y como taxis sin conductor. Numerosos inversores se han sumado a esa visión y han elevado la valoración bursátil de Tesla a más de 940.000 millones de dólares.
El mes pasado, Tesla puso a prueba las ambiciones de autonomía de Musk. Vehículos utilitarios deportivos como Model Y especialmente equipados, a los que ha denominado “robotaxis”, empezaron a ofrecer viajes de pago a invitados cuidadosamente seleccionados en Austin, Texas.
Los invitados, en su mayoría fanáticos de Tesla con un gran número de seguidores en las redes sociales, publicaron en internet comentarios elogiando de forma casi uniforme los servicios de taxis autónomos de Musk. Sin embargo, los vídeos que grabaron revelaban algunos fallos en la tecnología, como casos en los que los coche frenaban de repente, dejaban tirados a los pasajeros en medio de cruces o requerían la intervención de supervisores de seguridad que viajaban en los asientos delanteros.
La semana pasada, en otro momento clave, un Tesla sin conductor condujo solo desde la fábrica de la empresa en Austin hasta a un cliente situado a media hora de distancia. “No había nadie en el coche en ningún momento ni operadores remotos al mando. Totalmente autónomo”, escribió el billonario sudafricano en X. Los críticos señalaron que los vídeos publicados por Tesla montaban al coche aparcando en el lugar de destino junto a un bordillo pintado de rojo, una señal que prohíbe estacionar.
La caída de las ventas de coche afectará sin duda a los beneficios de Tesla. La empresa ya esta cerca de entrar en pérdidas. De hecho, de no ser por los 447 millones de dólares que ganó por la venta de créditos de aire limpio ―unos créditos que establecen un tope a la polución de las fábricas― a otras compañías que superaban los límites de contaminación, la empresa de Musk ya habría registrado pérdidas en el primer trimestre del año. La administración de Donald Trump está tratando de dinamitar estos créditos.
Las cifras de ventas sugieren que las fábricas de Tesla están funcionando muy por debajo de su potencial, lo que supone una merma adicional de los beneficios. Sus fábricas en California, Texas, China y Alemania son capaces de producir 2,35 millones de coches al año según la empresa, o unos 590.000 por trimestre. Durante el primer trimestre del año, Tesla tan solo produjo 362.615 coches. Lo que significa que las fábricas han funcionado al 62% de su capacidad.
La producción ha aumentado en el segundo trimestre según ha informado Tesla este miércoles, lo que sugiere que sus fábricas han operado al 70% de su capacidad. Sin embargo, las líneas que producen la camioneta Cybertruck, el sedán de lujo Model S y los vehículos utilitarios deportivos Model X parecen estar funcionando muy por debajo de su potencial. Tesla tiene la capacidad de producir cerca de un cuarto de millón de esos modelos al año, unos 56.000 por trimestre. En el segundo trimestre, sólo se han producido 13.400.
Tesla ha anunciado a finales de junio que comenzaría a producir un modelo de menor coste, pero aún no ha mostrado ningún prototipo ni ha dicho cuando saldrá a la venta. La tasa media de utilización de la capacidad de la industria automovilística estadounidense, incluidos los proveedores, es del 65%, según el Banco de la Reserva Federal, muy por debajo de los niveles que los analistas consideran eficientes.
Los fabricantes de automóviles tienen ciertos costes fijos como el mantenimiento, los impuestos, los intereses de los préstamos y la energía. Por eso, las fábricas que no producen muchos coches suelen obtener beneficios modestos o perder dinero. La capacidad no aprovechada puede ser un problema especialmente grave para Tesla ya que su producción está muy automatizada y depende de maquinaria costosa que requiere mantenimiento y pierde valor con el tiempo.
En Europa, las matriculaciones de nuevos vehículos de Tesla cayeron un 28% en mayo, según comunicó la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, a pesar de la introducción de una versión actualizada del Model Y, el modelo más popular de la empresa.
La colaboración de Elon Musk con diversos partidos ultraderechistas y su apoyo al presidente Trump han sido un factor en las débiles ventas del Tesla al alejar a compradores de izquierdas, mucho más propensos a comprar vehículos eléctricos que los conservadores. Desde entonces, el magnate y el hombre más rico del mundo se han enemistado a causa de la oposición de Musk al proyecto de ley del presidente, que recorta las ayudas federales a los productos que fabrica Tesla, como paneles solares, baterías y vehículos eléctricos.