Venezuela es el país con las mayores reservas conocidas de petróleo del mundo, se podría decidir que flota en un inmenso mar de crudo. Un país que ha sido el más rico de su zona durante décadas ahora se encuentra sumido en la escasez absoluta y en el que una parte importante de su población emigra o lo intenta de manera desesperada.La pregunta es cómo puede llegar a esta situación extrema un país con esos inmensos recursos.

Cuando Hugo Chavez llegó al poder en febrero de 1999 tenía ante sí un país con un nivel de desigualdad de los más elevados del mundo. La población en situación de pobreza superaba el 50% en ese año, los anteriores habían llegado a estar por encima del 60%. La riqueza del país se concentraba en un reducido núcleo de privilegiados. El malestar del pueblo era manifiesto y esta fue la razón de la llegada al poder de un líder que prometía una distribución económica más justa. Pocos años después el índice de pobreza se redujo hasta el 30% fruto de las políticas sociales impulsadas por el gobierno de Chávez.

El programa Misión Vivienda impulsado por el gobierno socialista creó dos millones de viviendas sociales para los más necesitados, gasto financiado con los ingresos provenientes de la exportación de petróleo que suponían y suponen el 95% de las exportaciones del país, se puede decir sin ninguna duda que su economía depende del petróleo exclusivamente

Desde el año 2014 el barril de crudo sufrió un colapso en su cotización, llegando a perder algo más del 70% de su valor. En los últimos meses se ha recuperado hasta los 67 dólares, aunque todavía bien por debajo de los 100-120 dólares de media de los años anteriores a su derrumbe. La pérdida de ingresos más que notable por esta causa supuso un golpe fuerte para el país y fue el motivo de que sus cuentas empezaran a tambalearse.

A esta circunstancia hay que añadirle el agravante de que durante todo este tiempo no se ha invertido en el mantenimiento de sus instalaciones de extracción lo que ha deteriorado su capacidad de extracción y provocado un descenso en la producción desde los 2.8 millones de barriles diarios antes del 2014 hasta la mitad, 1.4 millones de barriles por día en la actualidad.

Producción de petróleo en Venezuela
Producción de petróleo en Venezuela

Hasta aquí hemos descrito la tormenta perfecta. Todo lo peor que podía ocurrir, sucedió. Una economía con un único recurso que no, saca partido de los ingresos para diversificar, abandona el mantenimiento de sus medios de producción y el precio del crudo pierde más del 50% de su valor.

La pérdida de ingresos le supone a Venezuela entrar en recesión desde el 2014, situación que aún se mantiene, con descenso del producto interior bruto cercano al 15%.

Producto interior bruto Venezuela
Producto interior bruto Venezuela

Pero a esto hay que añadirle un elemento más. Dentro de las políticas encaminadas a ayudar a los más desfavorecidos, el gobierno de Venezuela implantó un sistema de control de precios por el que se establecía un precio máximo de venta para productos básicos como el pan, harina, aceita, artículos de limpieza…etc 

Esta medida trajo consigo que a gran cantidad de empresas establecidas en el país no les resultara rentable producir estos artículos y decidieran cerrar o abandonar Venezuela.

Mientras los ingresos del petróleo se mantuvieron la falta de producción interna fue subsanada con importaciones, hasta el punto de que las reservas en divisas del país cayeron desde los 42 mil millones de dólares hasta los 8 mil millones, según los últimos datos.

Reservas en divisas de Venezuela
Reservas en divisas de Venezuela

Pero las reservas se terminan y el país, después de haber ya realizado impago de su deuda por un valor de 50 mil millones de dólares carece de capacidad de endeudamiento y se ve impotente para abastecer de productos básicos a su población.

En mi opinión, el control de precios, además de la falta de diversificación productiva, ha sido el más grave error cometido por este Gobierno. Existen en la histórica económica gran número de casos similares y todos acabaron ocasionando distorsiones graves en el funcionamiento del sistema económico, desde los controles sobre la harina y otros productos decretados por el gobierno francés tras la Revolución, hasta los impuestos en países de la esfera soviética como ocurrió con los televisores en Polonia. En todos los casos se ha provocado la escasez del producto, la aparición de mercados negros y un proceso inflacionista descontrolado como el que sufre ahora Venezuela que intentan frenar con devaluaciones sin sentido y con la emisión de nuevas monedas que seguirán sin tener la credibilidad suficiente y necesaria para estabilizar este proceso.

La situación actual tiene una única solución inmediata que es la inversión extranjera. China fue uno de los candidatos que colaboró con la compra de deuda soberana venezolana, pero desistió recientemente ante el deterioro de las condiciones económicas. Pero la relación de Venezuela con los países que podrían ser inversores en el restablecimiento de su aparato productivo son nefastas. Estados Unidos, su presidente Trump, que ya sancionó al país con la prohibición de compra de su deuda, amenaza con darle la puntilla dejando de comprar crudo venezolano. El año pasado las importaciones americanas se situaban en torno a los 240 millones de barriles, casi la producción actual de Venezuela en un periodo de 6 meses.

Un cambio radical es necesario, las buenas intenciones no son suficientes, se necesita que estas estén sustentadas con políticas económicas sólidas y realistas.