Casi un año ha tenido que pasar, 330 días concretamente, para que los 38 trabajadores de Zumosol de la fábrica de Palma del Río perciban aquello que les pertenece por derecho: su indemnización por despido y las nóminas pendientes que se les adeudaban. Un error sería pensar que esto ha llegado por el buen hacer de la empresa o por la celeridad de los tribunales, ni mucho menos. En una oda a la lucha obrera, el pasado 20 de diciembre los 38 de Zumosol decidieron acampar en las instalaciones exteriores de la fábrica para luchar por lo que es justo y allí han permanecido hasta que se ha materializado, oficialmente, este 14 de noviembre.

Se remonta todo al 10 de noviembre de 2021, cuando después de una venta fallida los trabajadores fueron abocados a la nada, ni despedidos ni contratados. Zumos Palma, perteneciente al grupo turco Toksöz, y la comercializadora Zumosol buscaban comprador y el principal pujador fue Cegeplas SL, empresa de gestión y suministro de plásticos. Rápidamente llegaron los problemas entre empresas y la mercantil de plásticos decidió rescindir el contrato y dar de baja a los trabajadores alegando incumplimientos de los vendedores. Estos se negaron a hacerse cargo de la fábrica. Así, el conflicto empresarial se resolvió con las víctimas habituales: los trabajadores. En ese momento comenzó la lucha de los 38, que se sentían traicionados por Zumosol y apuntaban que Cegeplas podría ser una empresa pantalla creada por Zumosol para despedirles.

Frío, calor, lluvias y olas de calor se sucedían sin tumbar la esperanza de los trabajadores. Apunto estuvo de conseguirlo el ámbito sentimental y psicológico. Separados de sus familias y amigos, privados de celebraciones y durmiendo en plena calle. Pero no fue así. Su cometido era claro y la palabra que asumieron al comenzar su lucha también. Y no se movieron del que durante 330 días sería su hogar. Como si de un sitio a un castillo se tratase, los 38 resistieron a las puertas de la fortaleza, convencidos de que la única opción era atravesar la muralla y de que a sus espaldas se encontraba el foso. Finalmente, el rey tirano ha caído y los héroes han atravesado el gran puente para recuperar lo que era suyo para, posteriormente, abandonar, por primera vez en un año, un lugar al que ya no pertenecen.

Por fin, Zumos Palma y Toksöz han firmado un acuerdo con la plantilla, representada legalmente por Comisiones Obreras (CCOO) y la firma de abogados palmeña Mancilla&Spínola. Se pone fin al conflicto en favor de los trabajadores, que recibirán 1,3 millones de euros en concepto de indemnizaciones y las nóminas que se les adeudan, cantidad que asciende hasta los 261.000 euros. El grupo de inversión turco se compromete a hacerlo antes del 28 de febrero de 2023. Además, no se cierra la puerta a que posibles inversiones puedan retomar la actividad de la fábrica y reincorporen de nuevo a la plantilla.

Ningún dinero paga el daño a nivel psicológico. Lo sufriremos toda la vida”, asegura Fernando Trujillo, representante de los 38 trabajadores. Pero nada de eso importa ahora. “Nos pillas recogiendo el campamento”, relata alegremente Fernando al atender la llamada de este periódico, “con la alegría de que se ha resuelto todo a nuestro favor”, continúa. Las celebraciones ya están organizadas, relata Fernando, “cada uno con su familia, que son ya tantas noches fuera”, pero también juntos, como compañeros de lucha. “Ya estamos organizando una comida”, señala entusiasmado.

Abandonados por aquellos de los que no esperaban nada: la Junta de Andalucía, las empresas involucradas (Zumos Palma Zumosol y Cegeplas SL) y los Tribunales. Acompañados por aquellos sin los que las fuerzas para mantener la lucha no habrían decaído: familiares, amigos, compañeros de otras luchas y el pueblo cordobés, que siempre tuvo claro a quién apoyar. ElPlural.com quiso compartir con estos trabajadores unos momentos, hacerse eco de su lucha, y allá por mayo así fue. Medio año ha pasado de aquello, la actualidad ha variado diariamente, pero ellos han permanecido allí.

Ahora, aquí queda plasmada su victoria, aunque no su día a día, que trasciende ya su propia lucha y se ha convertido en un ejemplo para todos los trabajadores, que aprecian como “la lucha sigue siendo el camino”. “Animamos a todos los trabajadores que estén en conflicto a que luchen, porque sino no se consigue nada. Las empresas se saltan todos los derechos y te pisotean. Los objetivos y avances se consiguen con la lucha”, concluye Fernando la llamada telefónica y, como merece, este reportaje.